Nuevo fin de semana negro en el conflicto kurdo
Erdogan deja entrever que deberían legalizar la pena de muerte para poder ejecutar a Abdullah Ócalan
daniel iriarte
«¡Viva nuestro jefe Apo!», corean los manifestantes en el barrio estambulí de Tarlabasi, de mayoría kurda. «Apo» no es otro que Abdullah Öcalan , el encarcelado líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y la ley antiterrorista turca penaliza este eslogan. ... Inmediatamente, los antidisturbios disparan los gases lacrimógenos y cargan contra la multitud, que se dispersa a la carrera por los callejones . Mientras miembros de la policía secreta detienen a todos los militantes que pueden, un helicóptero peina el barrio durante horas.
Escenas similares a esta, observada por ABC, se repitieron en numerosas ciudades de Turquía, especialmente en el sureste, donde se produjeron numerosos disturbios. Hubo, además, otros incidentes: un muerto y veintiséis heridos por un coche bomba , al menos trece guerrilleros muertos en operaciones militares del ejército turco, y bombardeos de la aviación turca en el norte de Irak. Todo ello da una idea del nivel de violencia que está alcanzando el conflicto kurdo en Turquía : el peor de los últimos trece años, según el prestigioso Grupo Internacional de Crisis.
En Estambul, los manifestantes protestaban en apoyo de la huelga de hambre que mantienen más de setecientos militantes kurdos en las cárceles de todo el país, y que, ya en su jornada número 55, está en plena fase crítica. «Nuestra preocupación es que después de unos cuarenta días empiezan a producirse daños duraderos, y tras sesenta días podrían empezar las muertes», ha declarado Ozdemir Aktan, jefe de la Asociación Médica Turca, a la agencia Reuters.
Los militantes exigen la libertad del líder del PKK, Abdullah Öcalan, y «el final de las políticas de aniquilación contra el pueblo kurdo», según un comunicado emitido por organizaciones nacionalistas kurdas.
Tanto el ministro de justicia turco, Sadullah Ergin, como el presidente del gobierno, Abdullah Gül, pidieron la semana pasada a los presos que abandonasen la huelga de hambre, «por el bien de sus familias» . Sin embargo, el propio primer ministro, Recep Tayyip Erdogán, ha tratado de restar toda legitimidad a la reivindicación.
¿Pena de muerte?
Ayer, incluso, mencionó la posibilidad de restablecer la pena de muerte en Turquía para ejecutar a Öcalan .
«Se condenó a muerte a un jefe terrorista que fue la causa de la muerte de decenas de miles de personas, pero este país abolió la pena de muerte debido a la presión de quien todos sabemos», dijo Erdogán, en referencia velada a la Unión Europea . «Ahora, [Öcalan] cumple condena en la prisión de Imrali debido a dicha abolición. En estos momentos mucha gente dice en las encuestas públicas que debería reintroducirse la pena capital, porque los familiares de los muertos sufren mientras otros disfrutan», aseguró.
Estos comentarios por parte del primer ministro turco obedecen a la política interna del propio país, y podrían ser una respuesta al congreso que el ultranacionalista Partido de Acción Nacional (MHP) mantuvo en Ankara este fin de semana. El líder del MHP, Devlet Bahçeli, dedicó todo su discurso a la cuestión de las amenazas contra «la existencia nacional de los turcos» y el «problema terrorista», una idea popular entre muchos sectores de la población turca, cada vez más a medida que la violencia se incrementa.
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