Sin incidentes en Metro y EMT pero con atascos en las principales vías de la capital

Según explicaron algunos trabajadores, el paro en línea es de 6 a 8 , aunque los empleados de mantenimiento harían huelga de 7 a 9, de ahí a que la presencia de operarios en la entrada al complejo fuese de sólo 30 personas a las 6.30. La posibilidad de incidentes era muy pequeña , explican, porque el seguimiento del paro está siendo masivo. En las cocheras de la EMT de Entrevías, a las siete de la mañana, continúa apostado un piquete tranquilo, mientras que se cumplen con normalidad los servicios mínimos, sin sabotajes ni retrasos, nos indica un trabajador de seguridad

La incidencia de la huelga de transportes se está notando, eso sí, en el tráfico de la M-40 , intenso en sentido norte, entre la A-3 y la A-2, sobre todo , aunque sin colapsar. La M-30 también estaba complicada a las 7 de la mañana en el nudo sur, hacia la avenida de la Albufera y O'Donnell, con parones. La huelga se prolongará en ambos servicios hasta las 8 de la mañana y esta tarde se repetirán los paros entre las 18 y las 20 horas.

La huelga de transportes ha pasado de largo por Atocha , uno de los puntos más concurridos en cuanto a trafico de viajeros de la capital. Según explicaba esta mañana un agente de la UIP, Atocha fue un punto clave en la anterior convocatoria, pues la secundaba el sector de Renfe, por lo que los viajeros de Cercanías fueron los más afectados.

Metro de Madrid y EMT apenas han notado los paros convocados de 6 a 8 de la mañana. La estación amanecía entre legañas y bostezos como cualquier otro día. Ni antidisturbios ni piquetes aguardaban en este cruce de viajeros. Eso sí, las colas en la parada de autobús eran notorias desde primera hora. Más de 20 minutos es lo que rezaban algunas líneas de autobús como la Circular o la de Conde Casal.

A pesar de ello, no muchos han optado por un transporte alternativo como el taxi. Miguel Sáiz, de 26 años y camarero , ha optado por pedirle a un amigo que le trajera en coche. «La semana pasada ya llegué tarde, así que esta vez le he pedido a mi compañero que me pasase a recoger», relata. Otros, como es habitual, han optado por madrugar un poco más en previsión de que su medio de transporte «fallara».

Príncipe Pío también respiraba sin dificultad en esta segunda jornada de huelga. Tanto, que muchos viajeros desconocían que esta mañana había paros convocados de 6 a 8. Como una estación fantasma abría los ojos este enclave de Cercanías, Metro y autobuses interurbanos. A las 7.20 horas, la hora punta se hacía más notable.

Los vagones estaban repletos y el número de personas que aguardaban al próximo metro crecía a cada instante. La línea 10 estaba totalmente concurrida , aunque no de una manera alarmante. Algunos usuarios han preferido esperar al siguiente tren en vez de hacer verdaderos ejercicios de elasticidad para encontrar un hueco entre la multitud. Otros se han encontrado con la sorpresa según bajaban por las escaleras mecánicas: «Madre mía, ¿qué pasa hoy?» se preguntaba una señora. «Hay huelga», contestaba otra.

Por otra parte, los autobuses interurbanos que hacen parada en Príncipe Pío, que conectan buena parte del sur de la región con la capital, han circulado con normalidad. Ni piquetes ni largas colas han sorprendido en este paro de dos horas que finaliza sin incidentes reseñables en prácticamente toda la ciudad.

A primera hora de la mañana la tranquilidad reinaba en las cocheras de Carabanchel sin producirse ningún incidente. Un centenar de trabajadores se ha concentrado en la puerta por la que salen los autobuses, pero no han impedido la salida de ninguno de ellos. Algunos de los trabajadores que se han sumado a las protestas son del turno de noche.

Los manifestantes consideran que la huelga está siendo un éxito y que se están cumpliendo los servicios mínimos del 40% establecidos para el segundo tramo de la huelga de Metro y EMT de hoy. «Aquí no se percibe mucho, la huelga se notará más en la paradas y en el tráfico», comentan entre ellos.

A las 7 de la mañana, el ambiente era festivo y no se había registrado ningún incidente. Cuatro furgones de la UIP y una unidad de caballería vigilan las instalaciones. No hay pancartas ni lemas, tampoco octavillas.