«Lo llevaron a la sala de operaciones, su cráneo estaba abierto, examinaron el cerebro y el cirujano decidió retirar la barra metálica desde la parte delantera en la misma dirección que entró en el cerebro», explicó Essinger.
Lo sorprendente es que Leite estaba consciente cuando llegó al hospital , e incluso contó lo que le había sucedido.
«Hoy, sigue bien, con pocas quejas por una cirugía de cinco horas. Dice que siente un poco de dolor», explicó el jefe del personal del Hospital Miguel Couto.
Cuando la barra cayó desde el quinto piso de un edificio en construcción, entró por la parte trasera del cráneo y le salió por los ojos. Pero fue un milagro porque el acero entró en un área «no elocuente del cerebro» –una zona cerebral que no tiene una función específica conocida–, explicó Ruy Monteiro, el jefe de neurocirugía del hospital. De hecho, por pocos centímetros, Leite se ha librado de perder un ojo y de que la parte izquierda de su cuerpo quede paralizada.
«Me dijeron que él estaba recostado (en la ambulancia) con la barra hacia arriba. Él la sostenía y su rostro estaba cubierto de sangre. Su mirada era como si nada hubiera pasado. Cuando llegó le dijo a los médicos que no sentía nada, ningún dolor, nada. Es increíble», señaló la esposa de Leite, Lilian Regina da Silva Costa.
Ahora Leite está recuperándose de la operación, sin ninguna consecuencia negativa , y se espera que permanezca hospitalizado por lo menos dos semanas.
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