Arabia Saudí intensifica la represión de su minoría chií y detiene a uno de sus líderes

La minoría musulmana chií de Arabia Saudí supone algo menos del 10 por ciento de la población de la superpotencia árabe - dos millones, de un total de 28 millones- y se concentra en la región oriental de la península, rica en petróleo.

Al Nimr ha estado ya varias veces en la cárcel por abogar por la escisión de las provincias de Qatif y de Al Assa, de mayoría chií, y pedir su unificación con el país vecino de Bahréin , donde la población mayoritaria es chií aunque está gobernado por una monarquía suní.

Riad acusa ahora al clérigo de haber animado en uno de sus sermones a que la población chií saudí celebrara la reciente muerte del príncipe heredero saudí, Nayef bin Abdelaziz , ministro de Interior durante décadas y responsable de la represión sistemática de las revueltas chiíes. Según revelaron las redes sociales, varias poblaciones del este de Arabia Saudí festejaron la muerte de Nayef con fuegos artificiales.

Riad teme que la muerte de Nayef lleve a la minoría chií a incrementar sus protestas contra el régimen wahabí (suní radical), al que los chiíes acusan de discriminación en materia de subsidios y de empleos públicos.

El estallido de la Primavera Árabe en el pequeño estado isleño de Bahréin -en el que la mayoría chií trata de derrocar a la corona suní, hermanada con la de Arabia Saudí- es otro elemento de inquietud en el régimen de los “siete mil príncipes”. Los monarcas de Arabia Saudí y de Bahréin estudian en estas fechas un proyecto de federación política de sus naciones para blindarse frente a las revueltas chiíes y desbaratar lo que consideran una “conspiración de Teherán” , el gran rival de Riad por la hegemonía en la región.