La mujeres de los Rolling Stones

Hay que sumar sus matrimonios con Bianca Jagger y Jerry Hall. El cantante reconoció, hace dos años, que «el matrimonio no es para mí», aunque hay rumores de una posible boda con su actual novia, la ex modelo L’Wren Scott. Así que se podría escribir una enciclopedia con las mujeres que han pasado por las vidas de los Stones. Nos limitamos a destacar unas cuantas:

Marianne Faithfull: Perteneciente a la familia de Leopold von Sacher-Masoch (a quien se debe el término «masoquista») y cantante folk de éxito en los sesenta, fue la novia por antonomasia de Mick Jagger. Con ella compartió el Stone sus primeros años de estrellato, y para ella compuso, junto a Keith, su pimera canción, «As tears go by». Sin embargo, Marianne era mucha Marianne: llegó a liarse con otros dos componentes de la banda: Keith y Brian Jones. Sus memorias, «Una autobiografía», no tienen desperdicio, y no dejan en demasiado buen lugar a su ex. Hoy es actriz y cantante tras superar una adicción a las drogas que duró décadas.

Anita Pallenberg: Otra rubia algo más que atractiva. La actriz y novia oficial de Keith lo fue primero de Brian Jones. El violento y errático comportamiento de este último hizo que Anita lo abandonara por el otro guitarrista en pleno viaje iniciático a Marruecos. Brian ya no levantó cabeza hasta su muerte el 3 de julio de 1969. Sin embargo, como cuenta Richards en sus propias memorias, «Vida», nunca le perdonó a Mick que él y Anita se tomaran tan en serio su papel en una escena de cama en la película «Performance» (1970), que en realidad estaban «haciéndolo» debajo de las sábanas. A pesar de todo, estuvo con ella de 1967 a 1980.

Mandy Smith: Con ella llegó el escándalo. Tenía 13 años cuando se coló en una fiesta (su apariencia era de ser mayor) y conoció, y empezó a salir, con Bill Wyman, de 47, lo que provocó toda una conmoción en el mundo stoniano. Cuando ella cumplió los 18, se casaron, pero el matrimonio solo duró dos años.

Shirley Ann Shepherd: la excepción. Se casó con Charlie Watts en 1964 y continúan juntos. Tienen una hija, llamada Seraphina.

Groupies: después de cada concierto, cientos, miles de chicas se lanzaban tras los Stones o, en su defecto, cualquiera que compartiera cercanía con ellos, aunque fuera el técnico de sonido. Así lo cuenta el libro «Viajando con los Rolling Stones», de Robert Greenfield. En él, el periodista de la revista «Rolling Stone» describe la continua orgía en que se convirtió la gira de 1972, incluida una fiesta en la mansión del dueño del imperio Playboy, Hugh Hefner. Keith Richard comenta en «Vida» que Jagger y Bill Wyman hacían competición por ver quién llevaba el mayor número de fans a la cama.