El jardín de Feliciano

Era un duelo de veteranos capitanes del saque y los mandoblazos, ambos más cerca de los 30 que de los 20, nacidos para jugar en Wimbledon. Feli, que participa en su 38 Grand Slam de forma consecutiva, una carrera solo superada por Roger Federer y Tommy Robredo entre los tenistas en activo, fue muy superior a Roddick, favorito para pasar a octavos en un torneo en el que fue finalista en 2004, 2005 y 2009. Pese a su año de grises, su pertenencia al selecto club del «top 10» del tenis era disuasoria para un jugador en ocasiones irregular sobre la pista. Por eso, la victoria del toledano, de 29 años, sabe a mucho, y le pone más cerca de la ronda de cuartos que ya jugó en Wimbledon en 2005 y 2008. Es su tope.

«Ganar a Andy en esta pista es muy especial, y no he respirado hasta que no le he dado la mano al final. Es un jugador tan bueno que pensaba que podía remontar», explicó López. Solo concedió un «break» a su oponente, a quien ganó por 7-6, 7-6 y 6-4. Y fue constante todo el tiempo. «Me he visto sólido en los tres sets», asegura. «Pocos partidos recuerdo haber jugado igual de bien». Roddick, de hecho, fue apagándose y refugiándose en la ira por su juego, hasta que el juez le llamó la atención por sus exclamaciones. «Jugó de forma extraordinaria», reconoció el americano.

Las estadísticas le dan 28 puntos de saques directos al español frente a los 23 de su oponente, y una efectividad del 66% en su primer servicio frente al 63% del estadounidense. Una jornada redonda bajo la central cubierta del All England Club para quien la prensa británica —y varias de sus seguidoras, entre ellas mamá Murray— llama «Deliciano».