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Christopher McDougall: «Desde que corro descalzo no he vuelto a lesionarme»

En «Nacidos para correr» explica que los estudios demuestran que las zapatillas son dañinas. Rescata el placer de correr, que dejó de ser divertido cuando pasó de ser juego a convertirse en trabajo

Christopher McDougall: «Desde que corro descalzo no he vuelto a lesionarme» LUIS ESCOBAR

DAVID ÁLVAREZ

Buscando un modo de correr sin que le doliera nada, el periodista Christopher McDougall (Filadelfia, 1962) se topó con la increíble tribu de los tarahumaras, habitantes de las escarpadas y recónditas Barracas del Cobre, en México: corren cientos de kilómetros sin descanso ni dolor; no ... conocen el cáncer, ni la diabetes, ni las peleas. Encontró también estudios de la universidades de Harvard y Newcastle (Australia), entre otras, que le decían que lo que debía hacer era correr descalzo. Y también aprendió que el homo erectus triunfó en la guerra evolutiva precisamente por su capacidad para correr largas distancias, lo que le permitía acabar con las presas por el refinado método de perseguirlas pacientemente hasta agotarlas. «Y todo lo demás se deriva de esa capacidad», dice.

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