Un PNV crecido marca su camino soberanista hacia el fin de ETA

Ante miles de afiliados y simpatizantes congregados en las campas de Foronda (Álava), Urkullu trató de marcar el terreno del PNV frente a la otra apuesta soberanista visualizada el sábado en Guernica por EA, Batasuna y Aralar. «No vale alto el fuego que no sea cese definitivo», aseveró el líder peneuvista, que censuró las «escenificaciones» coordinadas desde ETA y la «izquierda abertzale» en los últimos días. Sin dedicar demasiada atención a la entrevista que ayer publicaba «Gara», se limitó a emplazar a los pistoleros a que abandonen «toda forma de violencia, amenaza o pretensión de tutela» del proceso de paz en el País Vasco.

Lo exhibido por Urkullu está recogido en el documento «Ados» (que significa «de acuerdo», en euskera), elaborado en el último año por su partido y sustentado en dos principios básicos: el cese definitivo de la violencia y el acuerdo en una mesa de partidos sobre el «derecho a decidir» de los vascos. Los mismos planteamientos que el dirigente del PNV expuso al presidente Zapatero en la comida que mantuvieron el pasado miércoles en Madrid, a espaldas del lendakari, para cocinar su apoyo a los Presupuestos.

Desde Shanghái, donde se encuentra de viaje oficial, Patxi López respondió a Urkullu alegando que hablar de formar una mesa de partidos en estos momentos es un «ejercicio de política ficción que solo sirve para buscar diferencias». El líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, denunció el «intento» del PNV «de ponerse una medalla y querer ser protagonista», cuando lo que hace falta es «arrimar el hombro para la derrota del terrorismo».