FIESTA NACIONAL En FRANCIA
Francia comulga con sus antiguas colonias africanas
Sarkozy aprovecha la Fiesta nacional de la República para rendir homenaje a los antiguos soldados africanos del Ejército francés
JUAN PEDRO QUIÑONERO
Los ejércitos de trece países africanos han desfilado por los Campos Elíseos, por vez primera y quizá única en la historia, junto a las tropas de los ejércitos franceses, para conmemorar, al mismo tiempo, la Fiesta nacional del 14 de julio, conmemoración de la toma ... de la Bastilla (1789), y la independencia de las antiguas colonias, hace cincuenta años.
Nicolas Sarkozy, presidente de la República, ha deseado celebrar, al mismo tiempo, la «comunión» de Francia con sus antiguas colonias, rendir homenaje de los antiguos soldados africanos que murieron por Francia en dos guerras mundiales (1914-18 y 1939-45), y reparar una injusticia histórica.
La «comunión» entre Francia y sus antiguas colonias se ha celebrado con mucho «color tropical». Una lluvia torrencial salpicó las tres horas del desfile militar, entre el Arco del Triunfo (un proyecto de Napoleón, a mayor gloria de las grandes batallas militares) y la Plaza de la Concordia, donde la tribuna presidencial se instala tradicionalmente en el mismo lugar, exactamente, donde se encontraba la guillotina durante el Terror revolucionario (1793).
En la tribuna presidencial, Nicolas Sarkozy estuvo acompañado de trece jefes de Estado africanos. Varios de ellos son denunciados tradicionalmente como déspotas o tiranos por numerosas organizaciones tradicionales. Es el caso de los dirigentes del Tchad, Togo, Centroáfrica, Congo, Gabón, Burkina Faso, Djibouti y Camerún. Por su parte, la primera dama de Francia, Carla Bruni, en segundo plano relativo, estaba rodeada por una colorista galería de primeras damas africanas, vestidas por mucha y festiva imaginación.
Bajo la lluvia, tropas francesas y africanas, de las más diversas etnias y religiones africanas, desfilaban con mucha gallardía ante un público que escuchaba una y otra vez el «Canto de los africanos», el antiguo aire militar de los ejércitos coloniales.
En nombre de todas las delegaciones africanas, el presidente de la República de Malí, Amadou Toumani Touré, agradeció a Francia el homenaje colectivo a sus antiguas colonias, en estos términos: «Es para notros un gran honor ver desfilar a nuestros ejércitos por los Campos Elíseos, en París. Nuestros soldados actuales son los herederos de las antiguas tropas negras que participaron en las distintas y grandes guerras de Francia».
Con un largo retraso de varias décadas, el presidente Sarkozy había reparado un día antes un viejo error colonial. Tras medio siglo de espera, Francia ha decidido, al fin, equiparar las pensiones de sus antiguos soldados africanos, y sus herederos, con las pensiones de los soldados franceses de la metrópoli. Hacía muchos años que las asociaciones de antiguos soldados franceses, negros, africanos, pedían cobrar sus pensiones de hombres que dieron su vida por Francia. Ellos o sus herederos podrán cobrar esas pensiones, al fin, a partir del 2011.
Tras el homenaje nacional de Francia a sus antiguas colonias, el desfile de los ejércitos africanos, en los Campos Elíseos, el día de la Fiesta Nacional, también recuerda los lazos siempre privilegiados entre la vieja metrópoli europea y unos Estados independientes que, en definitiva, nunca han roto completamente unas «relaciones privilegiadas»: militares, económicas, empresariales, culturales, a través de la lengua y la formación en Francia de las elites africanas francófonas.
Hoy, como ayer, Sarkozy como el general de Gaulle, Georges Pompidou, Valery Giscard d’Estaing, François Mitterrand o Jacques Chirac, asume personalmente una diplomacia muy particular, incluso privada, hacia el África francófona. En tiempos de Mitterrand, el consejero íntimo en temas africanos fue un hijo del presidente, a quien los africanos llamaban «Papá me ha dicho», con cierta ironía. Durante la presidencia de Nicolas Sarkozy es el secretario general del Elíseo, Claude Guéan, quién asume la tarea más que confidencial de tratar directamente los temas más «delicados» (económicos, militares, etc.) con los jefes de Estado africanos.
Esa dimensión tradicional de la diplomacia presidencial francesa ha sido objeto de críticas virulentas con motivo del desfile, en los Campos Elíseos, de las tropas de trece Estados africanos el día que Francia conmemora la toma de la Bastilla (1789).
Numerosas organizaciones humanitarias afirman que muchos criminales, acusados de asesinar a las poblaciones civiles, han desfilado y recibido honores de Estado, el día de la Fiesta nacional. El Elíseo desmiente «rotundamente» la presencia de criminales entre los soldados y oficiales participantes en el gran desfile patriótico franco-africano.
Sin embargo, no es un secreto que los jefes de Estado del Tchad, Togo, Centroáfrica, Congo, Gabón, Burkina Faso, Djibouti y Camerún son tradicionalmente criticados, en África y Europa, por su «escasa sensibilidad» en materia de derechos del hombre. Desde la óptica presidencial, francesa, no se desea entrar en tan espinoso problema, insistiendo en otro ángulo del acontecimiento... Se conmemora el L aniversario de la independencia de las antiguas colonias: era un deber de Francia rendir un homenaje nacional, para mejor recordar los históricos lazos políticos, económicos y culturales entre la antigua metrópoli y los nuevos Estados de su órbita cultural.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete