Batalla institucional por la «conquista» vasca de Idaho

Hace ya meses que el lendakari López anunció su intención de viajar a finales de julio a la capital, Boise, para participar en el «Jaialdi», la fiesta de los miles de descendientes de vascos, en su mayoría pastores vizcaínos, que emigraron a Idaho a principios del siglo pasado para trabajar en el pastoreo y agricultura.

Danza y deporte rurales

La fiesta es quinquenal y está destinado a ensalzar la cultura y el folklore vascos, en especial la danza y los deportes rurales, y ha sido punto de encuentro habitual entre las autoridades locales y el Gobierno de Vitoria. Tanto es así que, en 1987, con motivo de una visita a la comunidad vasca de Boise, el ex lendakari Ardanza, como si de una colonia se tratara, pidió que Idaho fuese declarada la «octava provincia de Euskal Herria».

En marzo de 2002, el estado de Idaho aprobó una declaración a favor de un «proceso de paz» y de la autodeterminación del País Vasco, impulsada por su ex secretario, Pete Cenarrusabeitia, con la complicidad tramposa del entonces lendakari, Juan José Ibarretxe. Ello provocó un escándalo que al final pudo paliarse por los buenos oficios del entonces embajador Javier Rupérez.

Pero por primera vez será un lendakari no nacionalista quien acuda al «Jaialdi», lo que ha sido acogido en el PNV con no pocos recelos, ya que siempre han arrogado en propiedad las colonias de vascos en el extranjero. En Idaho residen unos 20.000 descendientes de vascos, la mayoría dedicados al pastoreo, y el partido de Arana no parece dispuesto a permitir que salgan de su redil.

Tal vez por eso, el diputado general de Vizcaya, el nacionalista José Luis Bilbao, máximo contrincante político de López, se ha inventado una visita en paralelo a Boise. Oficialmente, el máximo responsable de la Diputación Foral entregará el premio «Ilustre de Vizcaya» al ex secretario de Estado de Idaho, Pete Cenarrusa, impulsor de la discordia con España en favor de la autodeterminación del País Vasco. Aprovechando su salto al otro lado del Atlántico, Bilbao tomará parte de la mayor fiesta de la diáspora vasca, donde es más que posible que se cruce con López.

No va de «palmero»

Esta «contra-comitiva» ha sentado mal entre los socialistas, que han acusado al PNV de querer patrimonializar la diáspora vasca y de paso hacerle sombra al lendakari, quien se ha visto obligado a invitar personalmente por carta a José Luis Bilbao para que se sume a su delegación.

En Ajuria Enea están a la espera de una contestación que, según fuentes consultadas por este diario, declinará la oferta, lo que ahorraría a López tener que pasar por el aro nacionalista y presidir el acto de homenaje al independentista Cenarrusa. «El diputado general no está dispuesto a hacer de palmero de nadie», aseguran a ABC voces próximas a Bilbao.

La llamada acción exterior está siendo uno de los grandes caballos de batalla entre socialistas y nacionalistas. El PNV acusa a López de «haber abandonado a las colectividades vascas en el exterior». El lendakari no ha tenido más remedio que recordar a aquéllas que el canal de interlocución «ya no está en Sabin Etxea» (sede del PNV), sino en el nuevo Gobierno vasco del PSE.