Ver de cerca la Fontana di Trevi y lanzar una moneda ya tiene precio: costará dos euros

Bien, pues ya hay tarifa. Ver de cerca la Fontana di Trevi y lanzar una moneda al aire costará dos euros para «garantizar una experiencia única», según Alessandro Onorato, concejal de Turismo de Roma.

Onorato ya adelantó el pasado 7 de septiembre que «la plaza de la Fontana de Trevi permanecerá abierta y gratuita. La reserva se utilizará para acceder a las escaleras bajo el monumento». Y, en efecto, esa parece que es la idea. La fuente, integrada en la fachada del renacentista Palazzo Poli, se podrá ver gratis desde lejos, pero quien quiera bajar las escaleras, verla de cerca y arrojar la moneda tendrá un precio: 2 euros.

En la Fontana de Trevi se depositan cada día, de media, casi 4.500 euros. Para muchos turistas es una forma de invocar a la buena suerte. Si se lanzan tres monedas, la primera garantiza el regreso a Roma, la segunda conlleva una nueva historia de amor y la tercera conduce al matrimonio. Hay quien, además de monedas, tira medallas con imágenes de santos, del papa Francesco y de la Virgen. En total, en 2022, recogieron más de 33.000 kilos de monedas correspondientes a 1.432.953,74 euros.

La fuente barroca en la que vimos a Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en 'La Dolce Vita', de Federico Fellini (1960) fue un proyecto de Lorenzo Bernini en 1625, desarrollado por Nicola Salvi, que ganó el concurso convocado por el papa Clemente XII en 1732, siendo completado en 1762 por Giuseppe Pannini.

Según las cifras oficiales, recogidas por Efe, entre 10.000 y 12.000 personas visitan cada día esta fuente, se hacen un selfie o cuelgan un vídeo en redes sociales. Con esta medida, se quiere que el discurrir de esos turistas sea más ordenado, con un punto de entrada y otro de salida, y con la posibilidad de acercarse al agua a cambio de dos euros, que se dedicarán a pagar a los empleados que vigilen el cumplimiento de la norma y a mantener el monumento, según Onorato.

El responsable de Turismo le ha dicho a Efe que en los próximos días se reunirá con el alcalde y con la policía para concreta los detalles de este cambio en uno de los monumentos más visitados de Roma, junto al Coliseo y el Panteón.

Roma superará este año el récord de visitas de 2023 (50 millones de visitantes, según el informe sobre el turismo urbano europeo del portal City Destinations Alliance). En 2025, además, se espera otro impulso al alza, con al Jubileo y la peregrinación a las basílicas papales de Roma, que se organiza cada 25 años y que ha sumido a la ciudad en obras.

Numerosas críticas ha suscitado la iniciativa del Ayuntamiento de Roma. Muchos italianos se preguntaron de inmediato: ¿De verdad el Ayuntamiento cree que con un pequeño impuesto puede parar la masa de turistas que visita cada día Roma y visita la Fontana de Trevi? Ante el escepticismo que suscitó la idea, el diario La Repubblica escribió: «La venta de billetes en taquillas, con sus colas, no son aplicables en las calles estrechas que rodean la Fontana di Trevi. Y después, sería el turno de la Plaza de España, Plaza Navona, Plaza del Pantheon, Santa Maria in Trastevere... Cualquiera comprendería lo absurdo de imponer un slalom entre barrotes y torniquetes en Roma. En términos más generales, el impuesto a los turistas que llegan y salen durante el día, consumiendo sólo un sándwich, es odioso», escribe La Repubblica.

Por su parte, Avvenire, el periódico de los obispos se pregunta si es justo imponer ese impuesto de dos euros: «¿Permite realmente esta solución equilibrar cultura y economía, calidad de la oferta y la demanda, además de salvaguardar el derecho de acceso? La pregunta no es descabellada por una razón específica: La sospecha es que, además de los objetivos declarados, en el Ayuntamiento también existe el deseo de hacer caja con las entradas».

El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, ha confirmado que no habrá marcha atrás en la iniciativa, precisando que se estudian dos opciones: «Permitir la entrada con una reserva o establecer un número limitado cada día. Lo estamos pensando, pero la hipótesis es muy concreta: hemos decidido estudiar e investigar, porque la situación se está volviendo técnicamente muy difícil de gestionar. Los policías locales también nos dicen siempre: hay una gran concentración de gente que dificulta una adecuada protección del monumento y es a menudo también una fuente de degradación», dijo el regidor Gualtieri. «Ahora es necesario estudiar la mejor solución para gestionar los flujos turísticos -subrayó- para proteger la Fontana de Trevi y promover su uso adecuado, también en interés de los turistas que vienen de todo el mundo para disfrutar de su belleza».

Se iniciará con pruebas técnicas de acceso controlado -y por ahora gratuitas- ya en los próximos meses. Quizás desde diciembre. Luego, si el experimento funciona, se cobrará el billete. La entrada seguirá siendo gratuita para los romanos. Está prohibido el consumo de alimentos y bebidas. Pero no habrá cierre de la plaza.