Uno de los teatros romanos más grandes de la península está en un pueblo de 70 habitantes

Desde el reinado de Tiberio (14-37 d.C.) Clunia contaba con el estatuto de municipio romano y a mediados del siglo I d.C. se convirtió en capital de un extenso convento jurídico de la Hispania Citerior. Este nuevo estatus vino acompañado de una serie de intervenciones arquitectónicas creando nuevos edificios de carácter público y modificando algunos de los ya existentes. Así, el trazado de la ciudad incluía un foro, constituido como un centro político, la basílica, un gran templo, tabernas, comercios, un mercado y tres edificios de baños públicos decorados con mosaicos, algunos de los cuales todavía se pueden ver prácticamente en su totalidad. Posteriormente adquirió el rango de colonia y el epíteto de Sulpicia, que le fue otorgado tras acoger al general Sulpicio Galba cuando se sublevó contra Nerón. Fue aquí donde recibió la noticia de su muerte, lo que supondría su nombramiento como nuevo emperador.

Según los estudios realizados se sabe que la ciudad existió hasta finales del siglo VII, aunque decayendo en importancia durante la época visigoda. Con el tiempo, el Alto de Castro pasó a ser propiedad de la iglesia y los edificios de la ciudad se utilizaron de cantera. Entre la primera y segunda desamortización las tierras pasan a manos de particulares, lo que aceleró el saqueo hasta que toda la plataforma se convirtió en campos de cultivo.

Las primeras excavaciones documentadas en el lugar corresponden a Juan Loperráez, canónigo de la catedral del Burgo de Osma, en la segunda mitad del siglo XVIII. A partir de aquí se sucederían numerosos trabajos de investigación y recuperación que llegan hasta nuestros días. En el Aula de Interpretación Arqueológica el visitante podrá ver algunos de los materiales más destacados que se han encontrado durante las diferentes excavaciones realizadas, entre los que destaca la escultura de la Diosa Fortuna que pertenecía al Teatro.

La construcción del teatro comenzó en el siglo I d.C. en el borde oriental del cerro, aprovechando la ladera en forma de media luna. Con un diámetro total de 120 metros y una capacidad para albergar a unos 9.000 espectadores, se trata de uno de los teatros romanos más grandes de la península ibérica que regala, además, unas impresionantes vistas a las laderas de la Sierra de la Demanda. El graderío estaba en parte apoyado sobre la ladera y en parte tallado sobre la roca y quedaba rematado por un pórtico superior. La fachada escénica contaba con dos pisos de columnas corintias entre las que había esculturas, así como las puertas por donde entraban y salían los actores. La parte superior disponía de un tornavoz de madera que hacía que el sonido llegase a las partes más altas del graderío. Bajo el suelo de la escena quedaba un hueco que actuaba como caja de resonancia amplificando la voz mediante la colocación de vasos de bronce y terracota rellenos de agua a diferentes niveles del graderío. Hacia el valle, el teatro presentaba una fachada monumental con un gran pórtico central.

Durante el siglo II d.C. se llevaron a cabo una serie de remodelaciones en la zona de la cávea inferior, orquesta y escena que lo acondicionaron para espectáculos más propios de un anfiteatro o circo como luchas con fieras y espectáculos de gladiadores.

Los trabajos de restauración desarrollados a lo largo de los siglos XX y XXI han permitido devolverle su esplendor a la escena, con sus tres puertas ahora perfiladas para que el espectador pueda disfrutar de sus proporciones y elegantes líneas.

En este privilegiado enclave se celebra cada año el Festival de Verano de Clunia, una cita con las artes escénicas que celebrará su XVI edición del 11 al 19 de agosto y que contará con cinco espectáculos representados por compañías procedentes de diferentes puntos del país.

'La odisea de Magallanes – Elcano', interpretado por el teatro clásico de Sevilla, ofrecerá el viernes 11 de agosto un viaje dramático y sensorial al estilo de las representaciones de la antigua Grecia que narra la gesta histórica de este personaje. El sábado 12 es el turno de la comedia musical 'El avaro', de Atalaya, mientras que el domingo 13 se representa 'Desconcerto' (Orthemis Orchestra), una experiencia que mezcla ritmo, expresividad y virtuosismo interpretativo. 'La tumba de Antígona', un espectáculo de danza teatralizada que combina filosofía y literatura en una escenografía austera pero precisa, vestuarios simbólicos, música y efectos de iluminación y que interpretan Karlik Danza-Teatro tiene lugar el viernes 18 de agosto. Para terminar, el sábado 19 se presenta 'Miles Gloriosus' (Arequipa Producciones y Festival de Teatro Clásico de Mérida), una comedia romana de enredo con un protagonista narcisista obsesionado con el sexo que tiene secuestrada a una princesa que cree estar enamorada de él.

El precio de cada espectáculo es de 15 euros, mientras que el abono para ver los cinco es de 60 euros.