Acantilados de Moher
La costa salvaje de Irlanda que todos los viajeros quieren conocer
En pocos lugares como en la bahía de Galway se pueden observar contrastes tan sorprendentes en tan poco espacio, desde paisajes lunares a desafiantes acantilados
javier carrión
Ninguna otra región de Irlanda ofrece unos contrastes tan sorprendentes en un espacio tan limitado como en la bahía de Galway al oeste del país. Paisajes lunares y kársticos en el caso de The Burren, deshabitados y románticos como Connemara, urbanos y bohemios en ... la propia ciudad de Galway y desafiantes en los acantilados de Moher o en las ancestrales Islas de Aran, el gran refugio del gaélico en la 'isla esmeralda'.
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Islas Aran, el secreto más oculto
Si hay algún rincón secreto y bien guardado en Irlanda, ese es el archipiélago de las Islas Aran. Situadas en esta bahía de aguas frías y bravas, las tres islas de Inis Mór (Inishmore), Inis Meáin e Inis Oírr emergen del mar como si de tratara de tres ballenas de piedra. Es en este lugar donde más puedes escuchar el gaélico, y sus habitantes mantienen su identidad junto a los más espectaculares acantilados de la Europa Occidental y un puñado de fortalezas milenarias.
Inishmore es la mayor isla de este triángulo atlántico y ofrece los mayores atractivos turísticos como el fuerte Dún Aonghasa o el fuerte negro Dún Déchatair, el complejo medieval de las Siete Iglesias, abarrotado de antiguas cruces, la playa de Kilmurvey y su cercana colonia de focas. O la costa del sur en torno a Gort na Gcapall,donde maravilla Poll na bPeist (The Wormhole), una formación rocosa natural rectangular con agua de mar natural que se asemeja a una piscina donde los aficionados al buceo disfrutan habitualmente.
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Galway
La mayoría de los visitantes de las islas Aran utilizan el puerto de Galway para organizar el viaje. En esta ciudad repleta de estudiantes europeos hay una animación fuera de lo común por las noches en los pubs del centro más antiguo, donde se bebe cerveza y se escucha la música tradicional de las gaitas, flautas y tambores, pero además muchas de sus calles peatonales mantienen un atmósfera medieval. También puedes encontrar dos templos con mucha historia, la catedral y la Iglesia de San Nicolás, y dos monumentos muy visitados: El Linch´s Castle, la residencia de la familia Lynch, la más poderosa de los gobernantes irlandeses, y el Spanish Arch, reminiscencia de las murallas de la ciudad en la mitad del siglo XV, el lugar al que acudían cada noche los estibadores que descargaban los barcos españoles repletos de vino y de licores.
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El castillo de Dunguaire
A partir de Galway, la carretera costera que se dirige más al sur pasa inevitablemente por el Castillo de Dunguaire, construido en 1520 sobre un promontorio rocoso, uno de los más bellos y fotografiados de Irlanda. Desde su torre se divisa una espectacular vista de la bahía de Galway.
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Parque Nacional de Connemara
La excursión terrestre más popular desde Galway se dirige hacia el oeste al Parque Nacional de Connemara, uno de los seis parques nacionales del país, área salvaje repleta de lagos, montañas y turberas donde el hombre ha renunciado a domesticar la naturaleza, pero si a contarla a través de un puñado de artistas, fotógrafos, poetas y dramaturgos como Oscar Wilde que la definió simplemente como 'belleza salvaje'. Todos quedaron hechizados por esta tierra cinematográfica ('El hombre tranquilo', 'Tristán e Isolda', 'Escapada al dur', 'El irlandés...'), de colores suaves y marcadas tradiciones, en torno al Diamond Hill, su colina más icónica a la que se puede acceder a través de cuatro senderos de diferente longitud y dificultad, identificables con diferentes colores, o a la popular Abadía de Kylemore, un edificio victoriano de estilo neogótico que fue levantado por un rico comerciante de Liverpool para regalárselo a su esposa, quien falleció al poco tiempo de que acabaran las obras.
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El paisaje lunar de Burren
A unos kilómetros del castillo de Dunguaire está trazado el límite con el Condado de Clare, donde brilla una joya geológica impensable en el intenso verde de la isla. Se trata de The Burren, en la legendaria Ruta Costera del Atlántico. Es una de las zonas de piedra caliza más grandes de Europa, conocida internacionalmente por su paisaje lunar y su singular vegetación. La magnífica topografía de la región le ha convertido en un lugar único en el mundo, surcado por grietas en las que crecen líquenes y especies alpinas como la genciana y cientos de flores que se asoman entre las rocas. También su fauna es peculiar porque hay casi un centenar de especies de aves rapaces y marinas, zorros, martas, ardillas y la cabra feral que vive asilvestrada.
El interior de The Burren resulta llamativo porque bajo la superficie de esta área se extienden grandes cuevas y ríos subterráneos. La cavidad más famosa es Ailwee Cave, muy próxima a Ballyvaughan, con más de 330 millones de años de historia, que se une a los centenares de monumentos prehistóricos acumulados en este área. El más simbólico es el dolmen de Poulnabrone con su llamativa silueta inclinada. Los historiadores lo han calificado como uno de los monumentos arqueológicos más emblemáticos de Irlanda y es el segundo lugar más visitado en The Burren después de los acantilados de Moher. En los años ochenta del pasado siglo la arqueóloga Anne Lynch comprobó que en este monumento megalítico, el más antiguo de Irlanda, existían restos de 33 personas en la cámara principal de la tumba que estuvo en uso continuo durante un período de 600 años.
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Los acantilados de Moher
El broche de este viaje por esta costa occidental irlandesa se encuentra en los acantilados de Moher, líder global junto a The Burren del turismo sostenible con una red ecoturística comunitaria que incluye a más de 70 negocios locales comprometidos con la promoción de esta región. Siete euros te costará le entrada al llegar al parking del Centro de Visitantes y el recorrido es libre por estos gigantes de piedra elevados más de 200 metros con miradores sobre el océano Atlántico que se extienden a lo largo de ocho kilómetros. No te pierdas la vista desde la Torre de Cornelius en el punto más alto de la senda o desde el mar tomando alguno de los barcos que parten de Doolin. La embarcaciones se acercan a la mítica roca Great Raven, ante las impactantes paredes que habitan los frailecillos para crear sus nidos.
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Pistas
Cómo llegar: Ryanair e Iberia mantienen vuelos directos de España a Dublin.
Dónde dormir: En Ballyvaughan, Hylands Burren Hotel (www.hylandsburren.com); en Inishmore, Aran Islands Hotel (https://aranislandshotel.com) y en Galway Hyde Hotel (www.hydehotel.ie).
Dónde comer: En Doolin, Gus O' Connors Pub and Restaurant (https://gusoconnorsdoolin.com) y en Galway, John Keoghs (www.johnkeoghs.ie)
Inf: www.turismodeirlanda.com
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