El Camino de Santiago por mar (cómo se validan esta y otras rutas xacobeas)

A diferencia de otros caminos cuya ruta es inamovible, la travesía marítima puede variar según el estado de la mar. Eso sí, para validar la Compostela hay que completar un mínimo de 90 millas náuticas (166,58 km) y caminar al menos los últimos 12 km.

Para ser homologada fue necesario un trabajo de investigación de tres años dirigido por el arqueólogo Mario César Vila, el arquitecto Marcial Rodríguez y el urbanista Javier Harguindey, apoyados por la Asociación de Concellos del Camino de la Ría de Muros y Noia, la Asociación de Clubes Náuticos de Galicia y la empresa Sailway. Según esos estudios, los caballeros de la Segunda Cruzada, en su viaje desde el norte de Europa hasta Tierra Santa, hicieron un alto en la Ría de Muros y Noia para peregrinar hasta Santiago. Y Fernando II, Rey de León, nombró a Noia Portus Apostoli.

Hoy, la travesía puede comenzar en varios puertos. Nosotros lo hicimos en el de Vigo . Llegamos la noche anterior y pernoctamos en un hotel junto al muelle deportivo. Antes de embarcar nos dieron la credencial del peregrino , el ‘pasaporte’ que iremos sellando por los sitios por los que pasemos, y en el que se ha incorporado el símbolo gráfico del velero junto a los del caminante, la bicicleta, el animal de monta y la silla de ruedas, las cinco formas de viajar admitidas oficialmente. ¡Buen Camino!

La primera jornada transcurrió plácidamente por lo que se ha llamado ‘el Paraíso de la Vela’ , es decir, las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa. Dejamos la de Muros y Noia para el día siguiente. Embarcamos en un velero Dufour 40.5GL . A mi me gusta llamarlo ‘balandro’, vocablo que engloba a todas las embarcaciones deportivas de un solo palo y una o dos velas... pero me dicen que es una palabra en desuso. ¡Cuántas palabras bonitas ya no se utilizan! Tiene capacidad para 10 personas en sus 11,90 metros de eslora (longitud) y 3,98 de manga (anchura). Con Javier, el capitán, aprendemos los rudimentos de la ciencia y el arte de la navegación, sus nombres básicos, y recordamos otros que estaban arrinconados en la memoria. Babor (izquierda), estribor (derecha), popa (atrás), proa (adelante), escora (inclinación), botavara (palo horizontal), foque (vela triangular)... Todo un mundo.

Y aunque para ser válida nuestra travesía tenemos que ser movidos solo por el viento , en casos de emergencia nuestro balandro dispone de motor. Pasamos por playa de Barra y llegamos a las Islas Cíes. Fondeamos frente a la Isla del Medio (o del Faro) y en una lancha neumática llegamos a su muelle. Lo primero que vemos es la playa de Rodas . Allí las gaviotas roban inmisericordes la merienda a unos excursionistas. Comemos en la terraza del restaurante Serafín, a recaudo de las aves ladronas, y volvemos al velero. En San Vicente do Mar dormimos en el Hotel Spa Atlántico.

A la mañana siguiente volvemos a embarcar para empezar la segunda jornada. Antes visitamos Playa de La Lanzada , en Sanxenxo, una de las más bonitas de Galicia. Tuvimos suerte y nuestro chófer nos llevó también al Puente del Ruso , una interesante construcción del siglo XVIII, pero que parece más antiguo. Un solo arco de granito de medio punto y 5,5 metros de altura que apenas sobresale entre el lujuriante vergel de las riberas del río Tins. Maravilloso paisaje cargado de un excelente feng shui.

La singladura hasta Muros es de 37,3 millas que se tardan en completar unas tres horas y media. Muros es uno de los pueblos marineros más interesantes de Galicia. Casas de piedra, soportales, Santuario de la Virgen del Camino (más compostelano, imposible). Desde aquí a Portosín solo hay que cruzar la ría, lo que para un lobo de mar que está apunto de acabar la Travesía Náutica Xacobea es un sencillo paseo de solo unas 5 millas náuticas.

A 9 km por carretera está Noia , el punto más interior de la Ría de Muros y Noia. Callejuelas medievales, Museo de Laudas Gremiais (Lápidas Gremiales), donde está la Lápida del Peregrino. Y el monasterio cisterciense de San Xusto (s.XII), donde los verdes atlánticos estallan en un abigarrado bosque.

Próxima parada, Urdilde , que tiene un coqueto estanco reconvertido en tienda del peregrino. Y comida en Bertamirans, donde comienza la etapa final a pie.

Por fin el último repecho, el último esfuerzo. Subimos por la Costa do Cristo y la catedral de Santiago se nos va apareciendo poco a poco como saliendo de los muros de granito por arte de birlibirloque (otro arcaísmo). Pues sí, ha sido un buen Camino.

Dónde dormir (además del barco). Hotel Spa Atlántico (www.hotelspatlantico.com), en San Vicente do Mar, península de O Grove. En medio de un gran pinar.

Dónde comer. Casa Abelleira (https://casaabelleira.wordpress.com/) en Bertamirans donde comienza la parte oficial a pie. ‘A Casa da Fartura, onde amizade madura’ fue fundada en 1960 como una casa de comidas y mantiene el ambiente familiar. Excelentes rixóns (chicharrones de cerdo).

Dónde parar. En el Estanco de Urdilde (Rúa Compostela 15, Urdilde tel. 650 272 599). ‘A Tenda do Camiño’, una tienda ecológica cien por cien gallega.

Con quién navegar. Sailway (www.sailway.es) es una de las primeras operadoras privadas de chárter náutico desde el puerto de Vigo.

«El Camino empieza en la puerta de la casa de cada peregrino». Esta frase muchas veces repetida quizá sea una de las razones por las que el mapa de rutas oficiales para llegar a Santiago no es inamovible. Más bien al contrario. «A los cuatro caminos tradicionales -explica Segundo Pérez López, director de la Oficina del Peregrino- se han ido añadiendo peticiones de otras vías secundarias para que la Catedral les conceda la Compostela. Y nosotros no tenemos inconveniente. Pedimos que haya una constancia documental de la presencia de peregrinos a lo largo de la historia y que se mantenga el sentido del esfuerzo». Este año ha ganado popularidad la ruta marítima por la ría de Muros-Noia. Pero hay otras novedades recientes avaladas por la Iglesia: el Camiño do Mar por la costa norte, a través de las comarcas de A Mariña y Ortega; el Camino de la Geira y los Arrieiros, que sale de Braga, en Portugal; el de Mazaricos hacia Finisterre; el de As Pontes, que ha documentado referencias al Camino desde el siglo XVII, o el poco conocido Camiño de Santiago a Muxía por Brandomil.