Bahamontes se despide

La Vuelta echará a rodar en las instalaciones de la ITV de Ocaña y terminará en la plaza de Zocodover de Toledo. Pero hasta que atraviesen las murallas de la Ciudad Imperial, los 16 equipos participantes (13 españoles, un francés, un portugués y un holandés), de categorías élite y sub-23, tendrán que recorrer 547 kilómetros con metas en Consuegra, Guadamur y Villarrubia de Santiago.

El «Águila» desveló que la presente edición ha estado «a punto de suspenderse» por los cambios políticos que depararon las últimas elecciones, y apuntó un nombre: Consuegra. Asimismo, desgranó que había «ocho o diez equipos más» que querían correr la Vuelta pero la falta de dinero y las carreteras no lo permiten.

Bahamontes aprovechó también la ocasión para pedirle a la alcaldesa, Milagros Tolón , que de una vez por todas traslade el museo del ciclista desde Seseña hasta Toledo. «Vamos a trabajar para que Toledo tenga el museo», le contestó la alcaldesa entre el aplauso del respetable que llenó el Ayuntamiento para estar con su ídolo.

Tolón, cuyo padre «era muy amigo de Fede», contó una de las anécdotas de la presentación. «Le pregunte: ‘Fede’, ¿es verdad que te comías un polo en el Tourmalet? Y me respondió: ‘No era un polo, era un helado’» . Otra de las historias la dejó Mari Ángeles García, diputada provincial de Deportes, quien preguntó al toledano más universal si era cierto que entrenaba con sacos de arena en la bicicleta. «Los llevaba en la espalda», puntualizó el «Águila», entre las risas de los presentes.

Al acto también acudieron Enrique Cifuentes, el ganador de la primera edición de la Vuelta a Toledo, y José Antonio Pecharromán , exciclista profesional y recientemente nombrado director general de Deportes de la Junta de Castilla-La Mancha.

Además de la presentación de la carrera, el runrún de ayer era si al final va a ser verdad que Federico Martín Bahamontes, toda una vida dedicada a la bicicleta, finalmente dejará de organizar la carrera.

Pese a que el «Águila» lo repite una y otra vez, muchos mantienen la esperanza. «Me resisto a creer que se vaya a ir porque se va a aburrir», dijo José Luis López Cerrón, presidente de la Real Federación Española de Ciclismo. Para comprobarlo, habrá que esperar un año.