Trabajan a gran velocidad para que la escultura de Cristina Iglesias esté instalada el día de la muerte del Greco

El hallazgo de restos arquitectónicos durante las obras ha retrasado la instalación de la escultura, una de las tres que forman el grupo escultórico repartido por la ciudad, según ha explicado Iglesias. «Se está haciendo un esfuerzo de todo el mundo que está trabajando en el proyecto, desde el arquitecto hasta los obreros, que trabajan de noche y hasta los fines de semana», ha añadido la escultora durante una visita en la que ha estado acompañada por el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.

«Si no terminamos para el 7 de abril, lo tendremos que cubrir. No estaba previsto que ese día fuese la inauguración, pero sí queríamos que estuviese visible porque, de las tres intervenciones que forma el grupo escultórico, esta es la más pública, ya que está en mitad de la plaza, no se puede esconder y además no queremos hacerlo». «Yo creo que podemos llegar», confía.

La escultora Cristina Iglesias ha visitado este lunes los trabajos en la plaza del Ayuntamiento de Toledo para la instalación de una obra suya que forma parte del grupo escultórico «Tres aguas». Este proyecto, financiado íntegramente por instituciones privadas, fue ideado hace seis años aunque no se le dio forma hasta hace dos años.

Este grupo escultórico creará una ruta en la ciudad con tres lugares (plaza del Ayuntamiento, el convento de Santa Clara y el campus universitario de la Fábrica de Armas) en los que el agua es un elemento «comunicador tanto de conocimiento como de historia, memoria y diálogo», según la autora.

Toledo fue elegido entre varios lugares del mundo para instalar el grupo escultórico. «Pensamos en Toledo por como es, por esas capas de memoria que tiene por la convivencia de otras culturas», cuenta Cristina Iglesias, que recibió la llamada de la Fundación Art Angel . Esta institución junto a Liberbank y Acciona, además de otros patronos privados, costean el grupo escultórico.

La obra de la Plaza del Ayuntamiento, construida en acero inoxidable fundido y patinado, será una alegoría del Tajo y representará un río que «aparecerá y desaparecerá» dentro de un vaso. Este tendrá una profundidad de 60 centímetros y un fondo que representará las «marañas y raíces» de un río, en una alusión más a la memoria de Toledo. Habrá una pequeña pendiente para que «tenga una parte ilusionista ilusionista mayor de la que tendrá en realidad», según la escultora.

«Luego el agua correrá durante unos diez minutos por el cauce. Al cabo de ese tiempo, el agua desaparecerá y el vaso estará entre tres y cinco minutos vacío, y luego el agua retornará e invadirá no solo el cauce, sino toda la extensión de la fuente», explica Iglesias. «Luego el vaso permanecerá cinco minutos lleno, formando un espejo para los edificios que lo rodearán, y a continuación se repetirá la secuencia temporal».

«Lo que más me importa es que los toledanos acojan esta escultura como algo que es de ellos, que hace referencia a su historia, a la historia de su ciudad. Es una pieza que es sensible al lugar que ocupa, porque incluso se recupera el sentido del adoquinado», ha explicado. «Sueño como artista que el proyecto sea entendido y que sea aceptado, y que además parezca que siempre ha estado ahí», ha subrayado.

En cuanto a la pieza instalada en el convento de Santa Clara, la escultora ha señalado que «está prácticamente terminada. Os vamos a sorprender». Iglesias ha explicado que «está siendo paralela» la ejecución de las tres obras que forman el conjunto arquitectónico, aunque «cada una con un ritmo diferente».