nuevo director
«El Museo del Ejército es el destino más bonito de mi vida profesional»
El general Juan Valentín-Gamazo toma posesión de su cargo como director con el objetivo de dar al centro una proyección más internacional
manuel moreno
El general Juan Valentín-Gamazo de Cárdenas está de enhorabuena. Eso es lo que él dice cada vez que se le pregunta por su nuevo empleo, director del Museo del Ejército , cargo del que ha tomado posesión este lunes. «Es el destino más bonito ... de mi carrera profesional», ha desvelado a los periodistas, después de jurar el puesto delante de numerosas autoridades civiles y militares de la región. Lo ha hecho en un acto presidido por el director del Instituto de Historia y Cultura Militar, el general de División Enrique Vidal de Loño.
Este general de Brigada del Ejército de Tierra en situación de reserva, casado y padre de tres hijos, tiene una amplia y «brillante» hoja de servicio, según Vidal de Loño. Batallón de Cazadores de Montañas «Colón XXIV» en Irún (Guipúzcoa), diez años en la Brigada Paracaidista, cuartel general de Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo, Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra y el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey número 1, jefe de la Dirección de Transporte del Ejército y secretario general del Estado Mayor del Ejército en Madrid han sido algunos de sus más relevantes empleos.
Titulado en los idiomas francés, inglés y alemán, el general Valentín-Gamazo ha participado en varias misiones fuera de España: con observadores de la Unión Europa en Croacia y Bosnia Herzegovina en 1992; en el cuartel general de la OTAN en Sarajevo (Bosnia) en 1999 y en la brigada española desplegada en Diwaniya (Irak).
El destino le ha llevado ahora a un «santuario» para él. Cada mañana, cuando llega al trabajo, Valentín-Gamazo se pellizca porque no acaba de creerse su último empleo: «Es un orgullo por la categoría y el sitio en el que se encuentra el Museo del Ejército». Habla del Alcázar de Toledo, donde hace 36 años cantaba el himno de Infantería formando en su patio con la 33 Promoción. Reconoce que, durante su periodo de formación en Toledo, admiraba el majestuoso edificio desde la Academia cuando estaba aburrido. «Y ahora, desde mi despacho del Alcázar, veo la Academia de Infantería». Cosas de la vida.
«Difícilmente podía imaginarme que iba a terminar mi carrera en este santuario, tan cargo de historia y de sentimientos. Menos todavía que, después de casi 20 años planificando el futuro en diferentes destinos de Estado Mayor, acabara siendo responsable de custodiar, conservar y difundir, nuestro pasado, la historia del Ejército español, o lo que es lo mismo, la historia de nuestra patria, España», ha dicho durante su alocución ante las autoridades que han acudido al acto, encabezadas por el director del Instituto de Historia y Cultura Militar y la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.
Valentín-Gamazo reconoce que su antecesor, el general Antonio Izquierdo , le ha dejado el listón muy alto. Y de él también ha «copiado» unas palabras en relación con las críticas «desde los dos extremos» por la «falta de énfasis en determinados hechos históricos, críticas totalmente respetables». «Plagiando las palabras de mi antecesor (...), nuestra misión es enseñar la historia pero no interpretarla», ha recordado Valentín-Gamazo, quien «comprende» los comentarios los detractores hacia este «ambicioso proyecto» que es el Museo del Ejército.
Aunque no ha tomado posesión del cargo hasta este lunes, el general lleva trabajando en el Museo del Ejército desde el 25 de enero. Y ha llegado con ideas y con el propósito de continuar con lo que inició su predecesor: una proyección más internacional, remodelación de algunas instalaciones para mostrar más fondos de los casi 37.000 que guarda, redoblar la colaboración con instituciones académicas, incrementar la visita de centros educativos, continuar con la catalogación y digitalización de los fondos, además alguna exposición relacionada con El Greco. E intentará lograr «uno de los retos» para los próximos años: superar la cifra de 320.000 visitantes en 2013, que ha puesto el corazón del Alcázar a la cabeza de la red de museos estatales.
El nuevo director no se olvida del personal del museo, civil y militar, con el que ya está trabajando: «He podido constatar desde el primer momento la profesionalidad, competencia y, sobre todo, altísima motivación de todos vosotros, trabajando en circunstancias difíciles por las limitaciones de plantilla o presupuestarias, pero dando un ejemplo permanente de vuestra valía». Lo dice un hombre que ya se considera «un toledano más», aunque reconoce que su corazón está un poco más al sur de la provincia de Ciudad Real, en Ruidera.
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