«O entregábamos a los bebés esa misma noche o nos los quitaban»

Los padres, que se conocieron en 2010, se entregaron el jueves voluntariamente en la Comisaría de la madrileña calle de Leganitos tras una denuncia del Ayuntamiento de Talavera. Veinte minutos antes, Santos había recibido una llamada teléfonica en la que se le comunicaba que si no comparecían ante la Policía, pesaría sobre ellos una orden de busca y captura.

Tras salir de los juzgados, la pareja durmió la noche del jueves en Arganda del Rey, en la casa de su abogado de oficio, José Ramón Felipe, quien los ha dado cobijo «por humanidad». Desde el Ayuntamiento de Talavera se asegura que sus servicios sociales hicieron lo que tenían que hacer.

—Santos, ¿por qué abandonaron a sus hijos?

—No los abandonamos. No los dejamos tirados en una papelera. Todo el mundo tiene nuestros teléfonos, todos nuestros datos. Es increíble.

—¿Por qué lo hicieron?

— Los servicios sociales del Ayuntamiento de Talavera no nos dejaron otra salida: los entregábamos el miércoles o sé que esa misma noche nos los quitaban. Nos íbamos a quedar sin ellos de cualquier forma. Estaban detrás de nosotros. Fue un acoso que duró tres o cuatro días, hasta que nos ahogaron. Nos han puesto una trampa y no hemos tenido otra salida. No podíamos salir de la ciudad ni comer, aunque los niños siempre estuvieron alimentados. Los servicios sociales de Talavera no nos dieron ni un vaso de agua.

—¿Por qué llegan al Ayuntamiento de Talavera?

— Fuimos a poner un domicilio ficticio para seguir recibiendo la ayuda de 400 euros que estaba cobrando. Pero los servicios sociales se olvidaron de eso y fueron a por los niños.

—¿Sabe que su acción puede ser considerada delito?

—No, no ha habido delito ninguno. No hemos abandonado a los niños en una papelera. Los servicios sociales de Talavera se han montado una historia absurda. ¿Qué mal les hemos hecho para que nos ataquen?

—¿Quieren ustedes a sus hijos?

—Si quiere, le mando una fotografía para que vea cómo están los niños.

—¿Cree que los recuperará?

— Me gustaría muchísimo. Ellos son nuestras vidas. Que los servicios sociales se olviden de nosotros, que nos dejen en paz. No ha habido abandono.