Colossea, una combinación de megayate y dirigible de lujo que firma Lazzarini

El dirigible, listo para despegar en cualquier momento, tiene 106 metros de largo y 20 metros de ancho y está impulsado por ocho motores eléctricos que le permiten alcanzar una velocidad máxima estimada de 165 km/h. Además, está concebido para construirse totalmente en fibra de carbono, desde la estructura interna hasta la superficie exterior. Este diseño es un homenaje al N1 –posteriormente rebautizado como Norge–, un dirigible semirrígido de construcción italiana que completó, el 12 de mayo de 1926, el primer viaje verificado al Polo Norte y que se colgó el título del primer avión en volar sobre el casquete polar entre Europa y América.

Cuando está encajado en la embarcación –mediante una estructura hermética que lo ancla y bloquea– comparte con esta la cabina del comandante para maniobrar y cuando se separa deja al descubierto una piscina y una cubierta al aire libre perfecta para relajarse y tomar el sol mientras se disfruta de las excelentes vistas que ofrece. En su interior cuenta con 10 cabinas dormitorios con camas dobles pudiendo acomodar así a 20 personas, otros 12 compartimentos aislados destinados a diferentes instalaciones y depósitos de hidrógeno líquido.

Por su parte, el megayate dispone de una amplia zona exterior con helipuerto, varias piscinas y jacuzzis con solárium, así como áreas de comedor al aire libre y un garaje. Del interior no han desvelado detalles, pero dadas sus características y envergadura es seguro que tendrá todo tipo de comodidades como spa, bar, cine y amplios salones. Lo que sí se sabe es que puede alojar a 44 invitados y 20 miembros de la tripulación. La embarcación cuenta con un sistema de propulsión formado por 3 motores HTS eléctricos capaces de impulsar el barco a una velocidad máxima de aproximadamente 22 nudos, mientras que las hélices del dirigible pueden aumentar y respaldar la eficiencia de la navegación.

Por el momento, se trata solo de un prototipo y, por tanto, no hay un precio aproximado, pero de hacerse realidad seguro que habría que hablar de cifras con mínimo seis ceros.