Joyas hechas con piezas de coches de alta gama, lo último en lujo

Christi Schimpke es la artífice de esta original propuesta que surgió cuando instaló su estudio en el taller de chapa de su marido, quien está especializado en la reparación de automóviles de alta gama. Así, cuando su pareja reemplaza puertas, capós, guardabarros y otras piezas de la carrocería esta diseñadora hace magia junto a sus artesanos para crear exclusivos complementos.

En su catálogo, que es unisex, se pueden ver desde gemelos de hombre, hasta pulseras y pendientes, a las que, por supuesto, en ocasiones se les pone un toque extra de glamour con una piedra preciosa, pero esto solo es un añadido, el verdadero valor está en la pieza en sí. Cada joya se entrega en una caja personalizada junto a un certificado de autenticidad donde se indica el modelo de automóvil del que procede el accesorio.

A través de años y pruebas, Christi creó procesos patentados que involucran una cantidad considerable de trabajo manual como corte de metal, lijado o pulido. Además, gracias a la alta cualificación de sus artesanos se pueden manipular el acero y el aluminio sin dañar la pintura original de la pieza del vehículo. El resultado final no solo es apto para amantes de la moda y la joyería, sino también para entusiastas del mundo del motor que obtienen así joyas personalizadas y únicas en las que, además, se graba el nombre del coche en el interior. Para completar sus originales diseños a menudo usan acero inoxidable del marco de la rueda de un Mercedes G Wagon dándole una textura martillada.

Desde sus inicios en 2013, sus ventas han aumentado significativamente haciendo crecer su inventario de 30 a más de 100 artículos diferentes. En su catálogo se puede encontrar, por ejemplo, un brazalete hecho con el guardabarros de un Lamborghini Gallardo en el brillante Monterey Blue, que incluye alguna piedra y cuyo precio es de 426 euros , o unos pendientes hechos con el capó de metal de un Porsche 911 Carrera de 1997 pintado en Wimbleton Green por 173 euros.