El método japonés para aumentar la productividad y ser más felices

Hace ya tiempo que en el país nipón están intentando que haya una mejor conciliación entre la vida personal y la profesional, con disciplinas como el ‘Ikigai’. Dicho concepto defiende tener pequeños objetivos en la vida cotidiana que dependen de cada uno y que, al cumplirlos, nos satisfacen y hacen sentir completos.

Siguiendo esta premisa de dividir las ideas en pequeñas porciones para que resulte más fácil alcanzarlas, surge otro modelo muy parecido, ligado a las horas en el trabajo, que puede ayudar a que aumentar el rendimiento y a disminuir el estrés (que es precisamente uno de los problemas que más afectan a los trabajadores de todo el globo). Aunque no sea el primer método que busque aumentar la productividad, sí que es uno de los más sencillos de aplicar a la vida cotidiana, de ahí su éxito.

El método de las ‘5S’ debe su nombre a las letras iniciales de las palabras que lo componen y se basa en el principio de eliminar lo superfluo a la hora de realizar ciertas actividades para que la mente lo tenga mucho más fácil al concentrarse cuando se está desarrollando una actividad compleja.

Cuando en la zona en donde se trabaja, ya sea un escritorio o una sala, hay demasiados objetos, la mente pierde la capacidad de concentrarse. El ‘seiri’ lo que pretende es que s e separe de dicho lugar todo aquello que pueda molestar y provocar una pérdida de tiempo. Para ello lo que proponen es que estos objetos se guarden en una caja y si al haber pasado tres meses no se echan en falta, se pueden perfectamente tirar a la basura.

Una vez que se ha hecho este descarte inicial, almacenando lo que a priori no sirve, toca poner de nuevo en orden lo que se tiene. Para ello hay que hacerse una pregunta: ¿realmente lo necesito? Cuanta menos confusión se tenga delante de los ojos, la mente también se despeja más.

Obviamente después de ordenar lo más lógico es que la zona se limpie a conciencia, porque ya se sabe que en un ambiente así, la motivación y las ganas de trabajar aumentan (igual que la productividad).

Este principio lo que indica es que para mantener la mente libre y tranquila hace falta desarrollar estrategias que sean repetitivas pero útiles, de modo que se interioricen fácilmente y permitan que se pueda realizar cualquier tipo de tarea sin tener que pensar en otros aspectos que al final terminan por desconcentrarnos. Para ello la limpieza no debe ser solo a nivel físico, sino también en lo virtual. O lo que es lo mismo, el escritorio del ordenador o el menú del smartphone, que pueden convertirse en verdaderas fuentes de distracción.

El último paso consiste en empeñarse en mantener estas premisas. El escritorio sería el punto inicial a la hora de poner orden en la vida, pero lo que el método busca realmente es que se elimine todo lo que realmente no se necesite en el resto de ámbitos de la vida. Solo así se alcanzará una calidad de vida óptima, centrada en lo que realmente importa, que ayudará en el proceso de ser más productivos y como consecuencia, estar más contentos.