Piscinas de lujo para hacer de tu hogar un remanso de paz

Además, la natación es un ejercicio cardiosaludable. Según los expertos, la presión hidrostática produce una mejor oxigenación y la resistencia al agua aumenta el trabajo muscular, mejorando los problemas circulatorios y de piernas cansadas, y ayudando a tonificar el cuerpo.

Pero una piscina no sólo mejora nuestra calidad de vida, también aumenta el patrimonio inmobiliario de quien la instala en su casa. Como explica Lucas Gisbert, socio de la empresa Gunitec , fabricante de piscinas a medida, este tipo de instalaciones “no son un producto de consumo, sino una estructura de obra civil sostenible que revaloriza la propiedad entre un 5% y un 20%, y que ayuda a venderla o alquilarla con más facilidad”.

Quizá por eso el parque de piscinas de nuestro país sigue creciendo, y ya supera los 1,1 millones, según el Barómetro Sectorial de la Piscina en España 2020.

Eso sí, desde Asofap, la asociación de profesionales del sector, su director gerente, Agustí Ferrer, advierte que una piscina también modifica el valor catastral de la propiedad, y con ello la base imponible del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

Según Gisbert, se puede instalar una piscina en casa desde 10.000€ , en el caso de las prefabricadas, y desde los 20.000€ en las de obra. Pero también es posible tener una piscina desmontable por menos de 100€.

No obstante, aunque todos deseemos tener una, no siempre es posible, pues no se pueden instalar en cualquier parte. Teniendo en cuenta que hasta las piscinas más pequeñas pueden llegar a contener mínimo 4.000 litros de agua , en el caso de áticos y terrazas Ferrer recomienda realizar un buen estudio técnico estructural del edificio y contemplar las normativas municipales aplicables en cada caso, para poder disfrutar con tranquilidad sin tener que “preocuparnos de posibles indemnizaciones por daños a terceros”.

Para elegir la piscina ideal, Asofap sugiere realizar una lista exhaustiva: priorizando expectativas, teniendo en cuenta las personas que la usarán, el espacio disponible y la ubicación. Así el profesional tendrá más fácil orientarnos al producto más adecuado a nuestras necesidades.

Y es que hay que tener en cuenta que las piscinas pueden distinguirse por su técnica de construcción e instalación, por su forma y diseño, o por su emplazamiento. La elección de una u otra dependerá de “las preferencias, necesidades y posibilidades del consumidor” y estará supeditada a “cuestiones técnicas, como la ubicación, que condicionará el tipo de piscina y su tamaño”, explica Ferrer.

Según el Barómetro Sectorial, los consumidores buscan instalaciones sostenibles y fáciles de mantener. Lo evidencia la apuesta firme por productos como la electrólisis salina, sistemas automáticos de dosificación y control, robots y sistemas de climatización, que son los más demandados, porque ayudan a reducir el consumo de agua y el coste de mantenimiento.

De hecho, hoy se puede hacer el mantenimiento de la piscina desde el dispositivo móvil y en tan sólo 30 minutos a la semana, asegura Ferrer. Y desde su asociación aconsejan conservar el agua entre 3 y 5 años, como mínimo. Eso sí, “siempre que se mantengan los parámetros fisicoquímicos dentro de los niveles establecidos”.