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Nuestra casa a la luz de la pandemia
El coronavirus ha hecho que veamos de forma diferente nuestros hogares. Al pasar más tiempo en casa hemos entendido el verdadero concepto del bienestar y nos hemos puesto manos a la obra para adaptar el espacio a nuestras necesidades y sueños
Belén Rodrigo
En este último año muchas cosas han cambiado en nuestras vidas, especialmente nuestra relación con el hogar. Hemos pasado de vivir mucho tiempo fuera a estar más tiempo que nunca dentro, obligados por el confinamiento y las restricciones. Y durante este tiempo, hemos mirado con ... distintos ojos el interior de las viviendas. El salón y la cocina han ganado protagonismo y son espacios polivalentes, hemos instalado la oficina en los lugares más inesperados de la casa y las ventanas, balcones y terrazas han pasado a ser verdaderas «joyas». Durante esta pandemia una de las cuestiones más importantes que nos planteamos continuamente es el de nuestro bienestar. «Las personas hemos entendido que necesitamos calidad, piezas que nos acompañen en nuestro día a día. Ahora pasamos más tiempo en casa y la calidad es muy importante. Por ejemplo, una buena lámpara puede mejorar tu forma de trabajo», nos recuerda Marisa Santamaría, investigadora docente y divulgadora de tendencias globales de diseño. Las casas han pasado a ser polivalentes con «la cocina multiusos o el sofá casi como una unidad de hogar donde puedes comer, dormir y trabajar». Además, hemos sentido la necesidad de tener dentro de casa la naturaleza , que se puede representar de muchas formas, «con plantas, el balcón, un huerto o a través de los materiales naturales. Por eso hemos visto la irrupción de la madera y de la piedra natural, mármol, granito, es toda una tendencia internacional. Incluso rocas poco trabajadas que se integran en el hogar». También esa evocación a la naturaleza se nota en los textiles, «hay una tendencia importante de los terciopelos, algodones o linos naturales», añade.
En este tiempo nuestras casas se han transformado y a la hora de renovar los espacios tenemos cada vez más en cuenta la sostenibilidad. «Cada empresa, cada marca, cada pieza te cuenta una historia de donde viene. Hay muchos valores, ya no basta con decir que soy sostenible. Todos queremos ayudar, lo que compramos se mira más», subraya Santamaría. Señala igualmente la importancia que tiene que en el siglo XXI coexistan distintas tendencias, «según tu propia forma de vida vas hacia un lado u otro». Y el eje es el diseño , «puede mejorar tu vida, te la hace más fácil». Y ese bienestar que encontramos en casa, en nuestro día a día cotidiano, es el que «nos permite crear una comunidad de bienestar». Otro cambio que ha visto en estos últimos meses es en la actitud de los españoles. «Antes teníamos dos extremos, lo barato o lo caro. Pero ahora para todos ha pasado a ser importante tener un buen sofá y se sabe que si gastas un poco más van a estar todos mejor», explica la investigadora.
La disposición de las casas ha cobrado una mayor importancia. «Ahora queremos casas cómodas, con luz…estamos hablando de arquitectura para la salud», afirma Sigfrido Herráez, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Un claro ejemplo lo vemos en los balcones, que durante este último año para muchas personas mayores ha sido su única conexión con el exterior, les ha dado vida y salud. «Al igual que diseñamos de forma diferente, las administraciones lo deberían tener en cuenta y cambiar las normativas para que no computen los metros cuadrados de balcón o terraza . Ese cambio normativo significaría dar facilidad. Eso es lo que toca ahora, que todos pongamos algo de nuestra parte», matiza. El decano del COAM señala que la pandemia ha provocado una revisión total de la vivienda, «el salón no es igual porque el trabajo se está produciendo en él y además hay muchas personas trabajando a la vez. Todo eso hay que pensarlo. Cada unidad familiar tiene una demanda y debe ser atendida». Y espera que se construyan casas más grandes , «aunque la tendencia en el último siglo ha sido lo contrario. Lo que está pasando va a significar más espacio, pero también lo vamos a optimizar mejor». Esa polivalencia de los espacios es cada vez más evidente, sobre todo en lo relacionado con el teletrabajo, lo cual enlaza con otra necesidad de las casas, «la de revisar bien todos los servicios técnicos que nos permita tener una buena conexión en cualquier punto».
Pedro Romero, profesor del Departamento de Sociología de la UAM, reconoce que «el confinamiento nos ha puesto a todos a considerar la vivienda como un espacio de vida por más tiempo y se valoran todavía más los valores exteriores. Todo el mundo está haciendo cambios en la casa, reformas . Todos estos movimientos de reajuste en las casas se han hecho más que nunca». Se ha producido un cambio social, esta experiencia quedará en nuestra memoria. «Nadie pensaba ni sabía lo que era un confinamiento duro y es posible que la movilidad social se vea más tiempo limitada. La casa es un sitio donde no vamos a poder salir durante muchos años», indica el sociólogo. Cree que mientras exista científicamente la posibilidad de poner en riesgo a la familia, vamos a seguir sin salir mucho de casa. eso va a seguir así.
Nueva forma de vivir
Nos hemos reencontrado con una nueva forma de vivir, «queremos casas para vivir. El confinamiento nos ha hecho fijarnos en las carencias y cuál sería el modo óptimo de estar a gusto en casa », resalta Raquel Simón, directora de la Escuela Madrileña de Decoración. Según una encuesta realizada por este centro el año pasado, un 20,1% reformó su vivienda en 2020 y un 32,3% quiere hacerlo en 2021. El 53,4% está dispuesto a invertir menos de 5.000 euros en las obras y un 37,1%, entre 5.000 y 15.000. Además, un 54,1% teletrabajó el pasado año y un 40,9% modificó el espacio que se veía detrás en sus videollamadas. «Hay una trasformación absoluta en los hogares. Los profesionales de la decoración y reformas están desbordados », apunta Simón. Además, queremos que nuestra casa nos devuelva a lo básico «ya no son para enseñarlas sino para vivirlo».
La directora de la escuela habla de una tendencia muy marcada en las casas , tanto en la ciudad como en el campo, el Farmhouse chic. «Es una idea que evoca la naturaleza, combinan materiales naturales que nos evoquen nuestras emociones más básicas. Los materiales tienen vida. Es una corriente con la que hemos querido transformar nuestro hogar, embellecerlo, porque nos hemos fijado en él». Maderas, vigas, metales (la forja), barro, linos, colores claros, mucha luminosidad, balcones, ventanas... «meter el exterior en el interior, es lo que hemos echado en falta». Raquel Simón asegura que se están abriendo de nuevo mucho las terrazas para que la naturaleza entre en casa y en su opinión, la transformación no es tanto por la pandemia sino «que el confinamiento ha hecho que observemos nuestros espacios». Y al observar los espacios también se ha detectado la necesidad de tener ayuda profesional . «Antes era solo para un alto nivel económico y ahora no es así, se adapta al cliente», matiza la responsable del centro.
«A raíz del confinamiento, reflexiono sobre el concepto de la vivienda como nuestro refugio seguro, el baluarte, y la concentración de toda tu vida en un espacio reducido con mucha gente. Para mí cobra un interés especial porque queremos saber cómo se relacionan las personas con la vivienda», explica Teresa Cuerdo – Vilches, Dra arquitecta, especializada en el confort del usuario, e investigadora del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja del CSIC. En colaboración con otro arquitecto y un sociólogo, pusieron en marcha un estudio para entender esa relación de las personas con su casa . «Los salones representaron el momento social, de ocio con la familia, los dormitorios nos permitieron desconectar, los espacios exteriores fueron nuestros tesoros y la cocina se usó como nunca», señala la arquitecta.
Pasado este tiempo, «la gente demanda ahora los espacios más requeridos durante el confinamiento». Espera que el modelo de vivienda y ciudades pequeñas cambie, «puede quitar presión a las ciudades grandes y bajar los precios». Uno de los aspectos que más afectó en el confinamiento fue el del teletrabajo , tener que crear la oficina dentro de casa. «El teletrabajo tiene muchas ventajas, pero hay que hacerlo de forma sosegada y tener muchas cosas en cuenta», indica Cuerdo – Vilches. Reconoce que el confinamiento fue un experimento, nadie se lo imaginaba, «ha sido in extremis, tampoco se evaluó si tenías medios para instalarte la oficina. Pero a largo plazo hay que ver si se puede dedicar un espacio en las casas al teletrabajo».
Después de todos estos cambios que se han producido en nuestra relación con el hogar, queda saber si está teniendo impacto en la búsqueda de casa. « Las grandes ciudades siguen siendo el principal foco de interés de la demanda , aunque en estos meses se ha percibido un aumento del interés por viviendas en el extrarradio e incluso en algunas zonas rurales, en busca de viviendas más grandes, mejor iluminadas, con terrazas y en algunos casos un pequeño terreno. De todas formas, no es posible hablar de un éxodo desde las grandes ciudades ni de un importante proceso de repoblación en zonas rurales», indica Francisco Iñareta, portavoz de Idealista. Teniendo en cuenta que muchos españoles han descubierto, para bien o para mal, cómo es su casa , «la situación generada ha provocado que en muchas ocasiones los salones se hayan convertido en oficinas y, a veces, gimnasios. Por esa razón, muchos usuarios aspiran a contar con una habitación más para poder diferenciar claramente las zonas de relax y trabajo con claridad», puntualiza.
A pesar de que hay un repunte en la búsqueda de viviendas alejadas del dentro de las ciudades, en busca de más luz y espacio , el común de las peticiones de Idealista «continúa siendo todo lo relacionado con pisos de dos habitaciones en grandes ciudades». Aunque a todos nos gustaría tener casas más grandes, Francisco Iñarieta recuerda que el parque inmobiliario es muy difícil de cambiar, «ya que en España tenemos varias decenas de millones de viviendas ya construidas. Aun así, es posible que los promotores de nuevos desarrollos tengan en cuenta las nuevas necesidades de los españoles a la hora construir las viviendas» en cuanto a comodidades y prestaciones y, sobre todo, calidad de vida.
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