20 millones de dólares y 425 diamantes amarillos: así es uno de los relojes más caros del mundo

En 2015 Jacob & Co hacía historia lanzando Billionaire, un reloj sin precedentes con 239 diamantes blancos talla esmeralda y tres quilates, cada uno, que salía al mercado con un precio de 18 millones de dólares. Causó tal sensación que la firma no dudó en crear una colección completa. Más tarde llegó Billionaire II que también se convertiría en una pieza única gracias a su movimiento tourbillon engastado con 57 diamantes talla baguette.

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Araceli Nicolás

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Después, Billionaire III con 714 diamantes blancos talla baguette, y solo 18 piezas para unos pocos privilegiados. Billionaire III Diamonds Rubies fue otra pieza histórica con 134 rubíes. Tras explorar las opciones que ofrecen los diamantes talla Ashoka, la marca de alta relojería neoyorquina presenta ahora su último lanzamiento apostando por los diamantes amarillos, mucho menos habituales que los blancos, y también mucho más caros.

Para confeccionar este lujoso reloj de los que muy pocos podrán disfrutar, la firma ha buscado durante tres años y medio diamantes amarillos por todo el mundo. El objetivo era crear un reloj con una armonía de color absoluta, para ello la firma ha contado con 880 quilates de diamantes amarillos en bruto que tras un exhaustivo trabajo de artesanía y corte según la exigente talla Asscher, se convirtieron en 425 piezas dispuestas de forma manual. Su brillo se ve aún más realzado gracias al contraste con las tsavoritas verdes, unas piedras que se ha convertido ya en un emblema de la marca. Además, otros 57 diamantes talla baguette completan el movimiento tourbillon del esqueleto del nuevo Billionaire, un logro sin precedentes en la historia de la relojería de lujo.

El nuevo Billionaire Timeless Treasure es fruto de la combinación de la experiencia de la firma en alta joyería y sus habilidades con la alta relojería. Según han desvelado desde Jacob & Co, 10 personas de la marca se encargaron de buscar, clasificar y cortar las piedras preciosas. 15 más crearon la estructura de celosía de oro amarillo y se ocuparon de engastarla con las piedras y calzar el movimiento.

Entre los retos a los que se han tenido que enfrentar, la directora de gemología de la firma, ha destacado el de «mantener la homogeneidad del color después del corte. Así como cortar cada uno de los diamantes para que ocupara su lugar perfecto, su camita de oro amarillo». Cada diamante tiene un papel definido: un corte preciso, y una función específica.

Otro desafía en la confección del que ya es uno de los relojes más caros del mundo fue el proceso de corte de Asscher. La forma cuadrada con esquinas inclinadas, que en realidad es más un octágono, requiere 57 facetas y espacios en blanco mucho más grandes que el típico corte brillante.

Todo este trabajo de artesanía se traduce en una pieza tan valiosa, como opulenta y espectacular que hará las delicias de los coleccionistas. Y que, como su propio nombre indica, es un auténtico tesoro.