Las cuatro reglas básicas para llevar un traje de terciopelo
Puede que el look al completo te cueste, pero la blazer cálida y sofisticada puede formar parte de muchos más estilamos que los propios para la rotación de fiestas navideñas si sabes cómo lucirlo adecuadamente
Buenos motivos para invertir en una chaqueta de ante esta temporada

Timothée Chalamet con traje de terciopelo
La primera idea que te viene a la cabeza a la hora de vestirse seguro que no es optar por un traje de terciopelo. Tampoco la segunda ni la tercera probablemente, ya que, incluso los que recurren a la sastrería en sus múltiples formatos durante el día a día, no suelen tener en mente las alternativas confeccionadas en este sofisticado tejido. En cambio, a pesar de que se suele pasar por alto como propuesta, no cabe duda de que es una inversión asegurada para crear un buen fondo de armario. Quien tiene alguno de estos dos piezas en su poder puede confirmar que esta declaración es cierta, ya que además de presumir de elegancia lo puede hacer de su carácter atemporal, que es el que le impide pasar de moda a pesar de lo que diga el calendario.
Ahora bien, las dudas sobre cuándo, cómo y con qué lucir un conjunto así no están tan claras como parece. Por eso hemos decidido recopilar las cuatro reglas que deberían considerarse como básicas antes de enfundarse en un traje de terciopelo para así evitar cualquier margen de error.
Siempre de noche
Al ser un material cálido y gustoso, siempre conviene asociarlo a ambientes que exijan cierta formalidad. Es por eso que se presupone perfecto para la rotación anual de fiestas navideñas y también para cualquier evento de etiqueta. Eso sí, siempre en un contexto nocturno porque el terciopelo no se lleva nada bien con la luz de día.
No parece lo más acertado apostar por un traje de este textil deluxe antes de que el sol se ponga por muy importante que sea el acto al que tengas que acudir, aunque puedes jugar con distintas combinaciones por el día para hacer alguna excepción si las ganas te pueden.
Tom Ford, uno de los reyes del terciopelo
Divide y vencerás
Si el traje de terciopelo te parece demasiado, no tengas reparo alguno en lucir ambas piezas por separado. Podrás sacarlas mucho más partido, especialmente a la blazer, ya que aumenta exponencialmente su modo de uso si la sacas de su dúo original.
La mezcla estándar podríamos decir que es la que une a la chaqueta de terciopelo con una camisa blanca, una pajarita y un pantalón negro que es como más lo vemos entre los famosos en las alfombras rojas, pero no es la única ni mucho menos. Puede llevarse de manera más desenfadada para una cena simplemente sobre una camisa estampada o incluso con unos vaqueros. La clave aquí está en elegir complementos que resten seriedad al estilismos y logre así sacarse de contexto.
Traje de terciopelo verde
El color adecuado
La mayor complejidad a la hora de elegir un traje de terciopelo se encuentra en dar con el color idóneo. La canción de Bobby Vinton hablaba de Blue velvet, pero hay muchas otras opciones con las que acertar. El verde botella, el granate, el teja y, por supuesto, el negro, son las tonalidades que te garantizan el acierto, ya que el característico brillo de este tejido le sienta mejor a los tonos oscuros.
Los claro, los flúor o los estampados demasiado estridentes mejor que queden reservados para otro tipo de piezas.
Chaqueta de terciopelo
El peligro de la mezcla de texturas
Atreverse a combinar colores, estampados y texturas siempre suele ser una buena idea para sacar a relucir la creatividad de cada uno. Sin embargo, cuando el terciopelo entra en la ecuación hay que ser hacerlo con mucha conciencia de lo habitual porque equivocarse es mucho más fácil de lo que parece. Hay materiales como el cuero o la lana, por ejemplo, con las que no encaja demasiado bien.
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Busca un equilibrio a la hora de crear contrastes y apóyate en los complementos, donde los metalizados serán muy bien recibidos por la luminosidad que son capaces de aportar al look.
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