El trench o cómo un abrigo de guerra se convirtió en un básico del armario
Nos adentramos en la historia de la prenda por excelencia del otoño y te damos las claves para lucirlo con estilo
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Iniciar sesiónUno de los abrigos más icónicos y atemporales de la historia de la moda es el trench , conocido vulgarmente como gabardina en España por el tejido original en el que fue concebido. Se ha ganado a pulso el adjetivo de clásico ... gracias a su constante evolución desde que Thomas Burberry creara el primer modelo hace ya más de 100 años con fines militares.
Antes de llegar a ese momento vivido en 1879, Burberry , cuya firma había nacido 23 años antes con la apertura de su primera tienda de ropa de abrigo en el pueblo inglés de Basingstoke (Hampshire), inventó un tejido impermeable y transpirable a la vez. Sin embargo, no fue hasta que las necesidades de la guerra se hacieron notar cuando el diseñador aprovechó el tejido para producir el primer trench. Dicho tejido estaba fabricado con algodón egipcio de primera calidad pero con una novedad que lo hacía único hasta la fecha: su tratamiento de impermeabilidad que además cortaba el viento.
Ésta es la teoría que más ha calado a lo largo de la historia, pero no queda del todo claro en los libros de historia de la moda si efectivamente fue Thomas Burberry el primero en patentar el tejido gabardina o fue la casa Aquascutum, también británica, la que fabricó primero un tejido que repelía el agua, tal y como defienden desde la marca fundada por John Emary . Más allá de la polémica del tejido, de lo que no cabe ninguna duda en cualquier caso es de que la batalla del trench coat fue ganada con autoridad por la firma ahora liderada por Christopher Bailey.
Hay que volver a saltar hasta comienzos del siglo XX para entender el contexto que llevó a la creación de este abrigo. Burberry había adquirido durante años mucho prestigio gracias a sus prendas contra el frío extremo que incorporaban tejido gabardina; de hecho, numerosos exploradores confiaron en él e incluso achacaron el éxito de sus aventuras al tejido, como fue el caso de Sir Thomas Shackleton . Todo ello coincidió con un momento de permanente alerta bélica en el viejo continente. Reino Unido, al igual que muchas otras potencias, mantenía abierto un Departamento de Guerra, para cuyos oficiales Burberry creó el primer abrigo impermeable, que es el paso previo al definitivo trench coat que apareció con la llegada de la Primera Guerra Mundial.
Para la denominada Guerra de Trincheras, uno de los conflictos bélicos más duros de la historia, Burberry recibió el encargo de modificar ese abrigo impermeable haciéndolo práctico para el campo de batalla. Burberry mantuvo un diseño en tejido de gabardina cómodo y que protegiera a los soldados del viento, el frío y la lluvia, y le añadió detalles definitivos que dieron lugar al mítico modelo y que en origen tenían el objetivo de asegurar materiales imprescindibles en las trincheras como las granadas, los mapas o las cantimploras (la traducción de trench al castellano es precisamente trinchera): hebillas con forma de D; trabillas en las hombreras y pechera.
Medio millón de soldados lucieron este innovador diseño que, sin embargo, tardó en asentarse en el street style. Burberry, apoyado por la prensa de la época, consiguió convertirlo en un abrigo deseado por la alta sociedad londinense, que hoy en día lo tiene entre sus símbolos junto a las cabinas telefónicas, sus autobuses, el Big Ben y más recientemente el London Eye, pero no fue hasta 1942 cuando dio el salto al estrellato definitivo.
Y es que para que una prenda se convierta en un clásico necesita un empujón mediático que en el siglo XX solamente el cine podía protagonizar. En medio de la II Guerra Mundial, en la que los 3 ejércitos protagonistas más importantes (ruso, alemán y norteamericano) lucieron modelos específicos para cada uno, se estrenó la película 'Casablanca', cuyo protagonista Humphrey Bogart fue quien elevó al olimpo de la moda al trench coat. 10 años después, Gene Kelly y el mítico musical 'Cantando bajo la lluvia' no hicieron más que blindar todavía más su lugar entre los elegidos.
Desde entonces, la prenda alcanzó el estatus de clásico, lo que ha permitido disfrutar de numerosas reinterpretaciones a lo largo de las diferentes décadas. Pese a ello, lo más curioso es que el modelo clásico (beige, largo y en tejido gabardina) ha conseguido sobrevivir con éxito a todos los diseños modernos que han incluido estampados, colores y cortes diferentes e incluso tejidos novedosos como la lana, desafiando el objetivo original de la prenda que no es otro que la impermeabilidad.
Un siglo después de su irrupción, el trench continúa como prenda básica en cualquier armario, tanto masculino como femenino , dado que en su capacidad de reinterpretación reside su éxito. Y es que no hay firma que se haya podido resistir a incluirlo en alguna colección ni celebrity que no lo haya lucido en alguna de sus apariciones públicas. Eso sí, no todos lo han sabido llevar con la misma gracia.
Para sacarle el máximo partido, lo mejor es ser fiel al estilo de cada uno y olvidarse de utilizarlo a modo de disfraz. Para los de gustos clásicos, infalible es el método en el que todo el look juega con las tonalidades propias del otoño (beiges, caquis, marrones…) y la gabardina se abrocha por completo para aportar un plus de elegancia si va sobre un traje. En cambio, si el objetivo pasa por un estilismo más desenfadado, mejor será dejarlo desabrochado (o incluso anudado el cinturón en la parte de atrás) y posarlo sobre una camiseta o un jersey al que acompañar con unos jeans o pantalones de pinzas y un par de zapatillas blancas o botas. La elección está en tu mano.
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