Por qué deberías tener siempre un traje azul en el armario

Es tal la versatilidad y la funcionalidad de un traje azul marino que se ha ganado a pulso estar dentro de la lista de básicos masculinos junto a prendas tan populares como la camisa blanca, los pantalones vaqueros o la camiseta lisa de algodón, piezas que son flotadores, siempre a punto para echarte una mano cuando no sabes qué ponerte.

Pues bien, el rey de estos flotadores es el traje azul marino. Y lo es porque siempre queda bien. Funciona con mil y una combinaciones, como después te demostraremos, y también lo hace en todos los contextos.

El dos piezas en el color al que dan nombre las fuerzas militares navales, que lo adoptaron para sus uniformes, otogándole a este color un plus de fuerza, potencia, personalidad y también formalidad, es la primera opción para ir de boda o para acudir a la oficina cuando el protocolo exige llevar traje. Pero es que también es un atuendo ideal para un día especial de ocio porque además le puedes cambiar la cara eliminando los complementos serios, propios de entornos formales, y sustituyéndolos por acompañantes contemporáneos del traje que le dan a este un aire moderno que le sienta de mayoría como es el caso de los botines chelsea, las camisetas de manga corta (blanca o negra, por favor) o los jerséis de punto de cuello vuelto.

Es curioso que en la moda el color elegante por excelencia sea el negro pero en el caso de la sastrería exista una excepción con el azul marino, que está por delante del negro como la opción más versátil y estilosa. Esto no quiere decir que el traje negro no sea elegante, ni mucho menos, pero es cierto que sigue estando un par de pasos por detrás del azul marino pese a haberse liberado del sanbenito de traje para funerales. Esta es precisamente, su función como “uniforme oficial del luto”, el motivo principal por el cual el azul marino le tomó en su día la delantera dentro del terreno de la sastrería decantando a su favor la balanza, de ahí que sea el dos piezas azul marino y no el negro el que recomendarías en primer lugar para tener siempre en el armario.

Al convertirse en la primera opción, además, el traje azul marino se postuló muy rápido como una demostración de poder . Los corredores de bolsa de Wall Street en los 90, los líderes políticos occidentales contemporáneos, los directores de las empresas… Todos son conscientes del mensaje que envía un traje azul marino, y por eso jamás falta en su vestidor. Otra cosa es que jueguen con los complementos, especialmente con el color de la corbata, en función del mensaje que quieran enviar, pero esta es otra virtud del azul marino en la sastrería: no le pone pegas a ninguna corbata.

En definitiva, estamos hablando del único traje realmente atemporal , que vive muy por encima de las tendencias al mismo tiempo que sabe aprovecharse y adaptarse a ellas. Prueba de ello es que la versión clásica, con camisa blanca y corbata (o sin ella, más relajado), es una opción impecable para llevarlo, pero no lo es menos sin camisa, con camiseta blanca, polo o una prenda de punto en invierno, y con deportivas blancas o botines, como proponíamos antes.

Y por si faltaran argumentos para convencerte de por qué debes tener siempre un traje azul marino en el armario, piensa lo bien que se adapta al concepto tres piezas, con chaleco; lo insuperable que es como tono base de trajes estampados, ya sean rayados o de cuadros; y lo sencillo que resulta dividir el traje y acoplar con un resultado sobresaliente pantalón y americana si quieres explorar otras opciones y exprimir más si cabe el traje.