Khadija y Cherive, las siamesas de Mauritania unidas por el abdomen, ya tienen vidas separadas

Las pequeñas, que compartían cordón umbilical y una parte pequeña de tejido que conectaba sus dos hígados, fueron operadas en Barcelona la semana pasada y serán dadas de alta en los próximos días 

La madre sabía que estaba embaraza de gemelos pero supo que estaban unidas al nacer tras un parto «muy complicado»

El Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona separará a dos siamesas recién nacidas de Mauritania

La madre con las dos pequeñas en la habitación después de la cirugía H. SAnt Joan de Déu

Esther Armora

Barcelona

Hace poco más de un mes las siamesas Khadija y Cherive asomaron al mundo unidas por el abdomen en un hospital de Mauritania. Compartieron cordón umbilical y vida hasta el pasado día 8 de noviembre cuando un equipo de cirujanos del Hospital Sant ... Joan de Déu de Barcelona las intervino para darles vidas separadas.

Las pequeñas, que tenían un peso conjunto de 5,2 kilos, nacieron en Mauritania el pasado 8 de octubre conectadas por la parte superior del abdomen y, ante la imposibilidad de separarlas en su país de origen, las autoridades mauritanas se dirigieron al hospital barcelonés para pedir asesoramiento. Lo hicieron en el marco del acuerdo de cooperación internacional que existe entre el Ministerio de Sanidad del país africano y el centro catalán.

Las recién nacidas no compartían hígado, es decir, tenían cada una el suyo y ambos eran funcionales por sí mismos, aunque estaban unidos por una pequeña zona común de seis centímetros que debía intervenirse.

En la parte superior, imágenes de las pequeñas en la UCI neonatal del hospital junto a su madre y su tío y abajo dos momentos de la cirugía que duró cinco horas y contó con la participación de una veintena de profesionales H. sant joan de déu

La intervención, previamente ensayada por los especialistas en un programa de simulación en 3D, duró cinco horas y en ella participaron una veintena de profesionales: anestesiólogos, cirujanos, neonatólogos, enfermeras, auxiliares, ingenieros, bioingenieros y técnicos de imagen, entre otros. Tras la cirugía, que concluyó con éxito, las pequeñas Khadija y Cherive fuero trasladadas a la Unidad de Cuidados Intensivos del centro y cinco días después pasaron a planta, donde se encuentran ahora. La próxima semana serán dadas de alta y volverán a su país, donde un cirujano de Mauritania, que se ha desplazado a la capital catalana para observar de primera mano toda la intervención, les hará el seguimiento. 

La madre de las pequeñas, Mariem, de 21 años, y que ha estado acompañada en el proceso por su hermano, tenía ya una hija de tres años cuando quedó embarazada de las dos pequeñas. Según explicó al equipo de médicos del Sant Joan de Déu, tuvo un parto muy difícil y tras él descubrió que sus gemelas estaban unidas. "Vino aquí muy impresionada pero poco a poco a ido abriéndose", explica la doctora Ana Alarcón, una de las pediatras neonatólogas que ha asistido a las pequeñas.

Las siamesas tenían apenas una semana de vida cuando el Hospital Sant Joan de Déu recibió sus primeras imágenes para valorar si era factible separarlas o no. Tras estudiar el caso, un equipo multidisciplinar del centro dio el visto bueno a la intervención. Fue el paso definitivo para que Khadija y Cherive pudieran trasladarse a la capital catalana y beneficiarse del programa solidario del centro, denominado 'Cuídame', que «financia con donaciones privadas las intervenciones y el tratamiento de niños procedentes de países de baja renta que presentan enfermedades graves y no pueden ser curados en sus países de origen», según explican fuentes del centro barcelonés.

Tras el ok del centro a operarlas, arrancó el dispositivo. El pasado 25 de octubre las pequeñas fueron trasladadas a Barcelona en un avión del Ejército del Aire español, asistidas en todo momento por un equipo médico del hospital catalán. «Estaban perfectamente, los equipos médicos de Mauritania las habían asistido muy bien», señala Ana Alarcón, que acompañó a las siamesas durante el trayecto.

Alcance de la conexión

Fue la madrugada del 26 de octubre cuando las pequeñas llegaron al aeropuerto de Barcelona y desde allí las trasladaron al hospital. Los equipos de radiodiagnóstico no tardaron en evaluar su estado y les realizaron pruebas para determinar el alcance de la conexión: qué órganos compartían y si había conexiones óseas o vasculares entre los dos cuerpos. Los exámenes confirmaron que se trataba de un caso de siameses onfalópagos, unidos entre sí por la parte inferior del esternón y que tenían dos hígados diferenciados pero conectados por una zona común de unos seis centímetros. El porcentaje de siameses onfalópagos representa un 20 por ciento con respecto al total de siameses.

Como es habitual en este tipo de intervenciones, antes de llevarla a cabo los especialistas quisieron simularla. La idea es poder planificarla bien y ensayarla antes de ejecutarla. Con este objetivo, los especialistas del centro barcelonés crearon una reproducción física tamaño real, en 3D, y virtual de los cuerpos de las dos pequeñas, lo que permitió al equipo de cirujanos determinar cuál era la mejor forma de abordar la intervención y simularla. La prueba se realizó una semana antes de llevarla a cabo. Al margen del tipo de procedimiento que iba a usarse también querían ensayarse el espacio en el que se llevaría a cabo la operación.

«Esta intervención tenía una complicación añadida. Se iniciaba como una operación con una paciente (las dos niñas conectadas que iban a separarse), pero en un momento determinado, cuando ya las habían separado, continuaba con dos pacientes y dos intervenciones. Necesitábamos dos meas de operación en el mismo quirófano para poder acabar la intervención e intervenirlas por separado para reconstruirles la pared abdominal y cerrar la herida», señala en declaraciones a los medios Xavier Tarrado, responsable de Cirugía Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu.

Durante la simulación de la cirugía se plantearon posibles complicaciones pero en la operación real no se presentaron. "Pese a estar conectados por una pequeña superficie, al realizar pruebas de contrastes observamos que ambos hígados tenían funcionalidad por separado", señala Tarrado. Celebra que durante la intervención no se presentaran dos de las posibles complicaciones: el sangrado o las fugas biliares. "Tras resolver la cirugía del hígado debíamos reparar el abdomen. Todo fue bien y no surgieron imprevistos", señala el especialista. "Son dos niñas muy especiales, muy fuertes; que podrán hacer una vida totalmente normal", añade Alarcón.

José Quintilla, responsable del programa de simulación del centro, explica que el ensayo permitió al equipo determinar, entre otras cosas, cuál era la forma óptima de colocar a las siamesas en la mesa de quirófano, de intubarlas y de abordar la cirugía, «pero también sirvió para determinar cómo se habían de distribuir los los aparatos del quirófano o cómo debían moverse en quirófano los especialistas para no entorpecer unos la labor de otros».

Por su parte, la ministra de Sanidad de Mauritania, Naha Mint Hamdi Uld Muknas, ha agradecido «al Hospital de Barcelona, a España y a Barcelona la ayuda brindada a las pequeñas» y expresó su confianza plena la capacidad del centro barcelonés y en la calidad del sistema sanitario español. «Elegimos Barcelona porque nos une una gran tradición de amistad con España y porque confiamos plenamente en el sistema sanitario español», ha dicho la ministra.

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