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Merece contarse

Los ramos de Rosa: belleza y resistencia ikebana para un final de vida mejor

Una voluntaria transforma las habitaciones de paliativos con arreglos florales que abren conversaciones, alivian miedos y acompañan a pacientes y familias en sus momentos más delicados

Paiporta año 1: la historia del plástico que le ganó al barro

Las voluntarias Eva y Rosa junto a Fara y su mujer ABC
María José Fuenteálamo

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Los franceses llaman bouquet al arte de hacer ramos. Los japoneses suben un nivel emocional con el ikebana: la técnica floral que busca el equilibrio y la armonía entre las flores, las ramas y el espacio. Seguramente ni bouquet ni ikebana sean las palabras ... que les surjan en la cabeza a los pacientes y visitantes que ven pasar a Rosa Rabadán por el Hospital de Los Montalvos, en Salamanca. Va cargada de flores, bambú, jarros, tijeras... Una floristera que viene por un arreglo. Esa sería una descripción rápida y superficial de lo que Rosa lleva haciendo, desde hace una década, en este hospital salmantino. La suya es una tarea mucho más emocional, profunda y trascendental. Cada ramo de flores en un hospital significa algo especial. Los de Rosa, voluntaria en la Unidad de Cuidados Paliativos del hospital, todavía más. Para entenderla, la acompañamos.

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