'Boom' por cambiar de sexo: más de 2.500 españoles se han operado desde 2017
Solo en la Comunidad Valenciana las peticiones de niñas para transicionar se multiplican por más de cien en una década
En el servicio público catalán Trànsit se prescriben hormonas o bloqueadores de la pubertad al 87% de los jóvenes
Investigadores censados por no seguir el discurso transactivista: «La historia ha cambiado radicalmente en los últimos tres años»
Una psicóloga denuncia que «el lobby trans manipula a los niños como una secta»
Hay una minoría de personas transexuales. Se estima, de acuerdo a lo publicado en revistas científicas y consta en los registros de federaciones como la española FELGTB, que son entre un 0,001% y un 0,004% de la población. A ellos ninguna formación política les quiere limar derechos ... . La prueba es que desde 2014 se han aprobado solo en nuestro país 40 textos (autonómicos) en forma de leyes y protocolos. Desde marzo de este año, además, hay una ley estatal. El problema es otro, al decir de expertos como los profesores José Errasti y Silvia Carrasco, y radica en que la mayoría de esos protocolos «validan el modelo afirmativo», es decir, que se da alas sin mayor cuestionamiento a «los deseos de menores que rechazan su cuerpo y quieren pertenecer a otro sexo». Y «los deseos no son derechos», apunta Errasti, catedrático de Psicología Clínica en la Universidad de Oviedo.
Como se ha comprobado en países con el mismo modelo, Suecia, Finlandia, y Reino Unido como el mejor exponente, lo que ha provocado esta teoría afirmativa es «una moda» o «contagio» entre menores que no sufren otra cosa que un trastorno de disforia de género o una incomodidad y aflicción con su propio cuerpo habitual en la adolescencia. Esa angustia suele ser pasajera, no irreversible, dictan los psiquiatras.
Silvia Carrasco es profesora de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), presidenta de Confluencia Movimiento Feminista y vicepresidenta de Docentes Feministas por la Coeducación. Según recoge en un informe pionero en España, 'De hombres adultos a niños adolescentes' (informe completo en PDF, aquí), «están enfermando muchos menores, porque se les da hormonación cruzada y bloqueadores de pubertad» sin mayor seguimiento médico. Además, cuando un joven acude a la Atención Primaria, las derivaciones se dirigen en su mayoría hacia Endrocrinología, es decir, los conducen directamente a esos tratamientos de supresión de la pubertad o prescripción de hormonas de sexo cruzado (HSC). En País Vasco esas derivaciones han crecido un 1.800% desde 2010, ejemplifica Carrasco.
Cuando en Reino Unido una investigación independiente similar a la de Carrasco, acuñada en este caso por la doctora Hilary Cass en 2020, se percató de que estaban aumentando un 4.400% las peticiones de niñas para transicionar en la clínica autorizada Tavistock-Portman, estalló un escándalo que obligó al centro a cerrar y al Ejecutivo a retroceder. El Gobierno británico se preguntó entonces: «¿Qué les está ocurriendo a las adolescentes británicas?». «En España está sucediendo lo mismo –asegura la profesora–, pero pocos se hacen esta pregunta». Su investigación da respuestas: la primera transformación se ha producido en el perfil transgénero. Ya no son hombres mayores de 30 años quienes desean ser mujeres, sino las adolescentes quienes piden operarse para ser varones.
«Estamos ante un escándalo médico: 12.205 personas iniciaron tratamientos con hormonas de sexo cruzado»
Carrasco se adentra en las cifras del servicio público Trànsit, adscrito al Instituto catalán de Salud. Su investigación recibió el aval del Consejo de Colegios de Médicos catalanes el pasado 20 de enero. El trabajo concluye que las peticiones y asistencias en las unidades de identidad de género se han incrementado un 7.552% entre 2012 y 2021 en Cataluña (de 19 a 1.454 casos). Solo en un año de pandemia –de 2020 a 2021– hubo un 40% más de casos nuevos. El incremento es exponencial. Y «desorbitado» entre la juventud en la Comunidad Valenciana con un crecimiento de más del 10.000% en las franjas de edad de 15 a 19 años, explican las autoras del informe a ABC. Las peticiones de niñas de 15 a 17 años han pasado de una persona en 2013 a 127 en 2022, un crecimiento de un 12.600% , mientras que entre 18 y 19 años se ha pasado en una década de 1 a 108, un 10.700% más. En conjunto, en esta comunidad hubo en un lustro, entre 2016 y 2021, un 650% más de personas atendidas (de 94 a 704 casos) en unidades especializadas en la identidad de género (solo en hospitales públicos). Ese lustro 565 personas cambiaron de sexo con cirugía.
Solo entre enero y agosto de 2022 hubo 848 visitas a Endrocrinología desde las unidades de identidad de género de seis hospitales públicos madrileños; casi la mitad eran menores de edad que acudían por primera vez.
Cuatro meses de ley estatal
Esta semana se cumplen cuatro meses desde la aprobación de la ley Trans impulsada por el Gobierno para que el cambio de sexo en el Registro sea un trámite que se complete en no más de cuatro meses. Como recuerda Carrasco, en todas las autonomías se han apoyado iniciativas en la última década. A nivel burocrático, este es el cambio vivido, amén de la eliminación de los dos años de examen psicológico que requería antes el proceso de transición. «Se han basado en una falacia anticientífica y no han querido escuchar a ningún experto que cuestione esta barbaridad. Solo nos reunimos con el PP», desgrana Errasti.
Las consecuencias de las leyes transgénero son opacas. En el plano estadístico, el Ministerio de Igualdad y las comunidades siguen sin facilitar datos sobre su impacto. Doce autonomías (no están Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha, La Rioja, Ceuta y Melilla, cuyo vacío fue suplido con datos aportados por la agrupación Amanda, de familias con niños afectados) contestaron a este primer estudio metodológico sobre el fenómeno. Las tendencias que identifican Carrasco y sus colegas son análogas a las que se produjeron en Reino Unido: quienes piden transicionar son mayoritariamente mujeres y cada vez más jóvenes. Por seguir con el caso valenciano, entre 2012 y 2021 el número de chicas atendidas en consultas externas y salud mental relacionadas con la identidad de género se elevó un 9.100% frente al 4.600% de aumento en chicos. Va disminuyendo también la edad promedio de los pacientes. En Cataluña cayó 12 años en ese periodo: de 34 a 22 años. Del total de personas trans atendidas en las comunidades que sí aportaron cifras, el 64% tienen menos de 19 años, con la máxima concentración entre los 15 y los 19 años, infiere este trabajo.
Los cálculos, dice Carrasco, son muy conservadores, porque ni siquiera se está incluyendo la Pediatría, solo servicios de salud mental, Endocrinología y unidades de identidad a las que se deriva a los jóvenes. Tampoco está la red privada. Conforme a estas estimaciones, en el periodo que va de 2017 a 2021, al menos 20.755 personas de 9 a 40 años (más mujeres y sobre todo de 14 a 25 años) han sido atendidas en unidades de identidad de género en el país.
Al menos 2.584 operados
Y con los números en la mano, los expertos saltan al plano verdaderamente grave. «Estamos ante un escándalo sanitario», advierte Errasti, por la irreversibilidad del proceso donde acuden jóvenes a partir de 12 años sin necesidad de tener siempre consentimiento paterno. En la fotografía que ofrece este informe se resuelve que de las personas asistidas de 2017 a 2021, al menos 12.205 iniciaron tratamientos con hormonas cruzadas; 1.004 mujeres fueron intervenidas quirúrgicamente con la doble amputación de mamas y la extracción de sus genitales; 466 varones se operaron para feminizar su voz y colocarse implantes mamarios; otras 1.114 personas operadas no refirieron sexo; y 991 menores se medicaron para detener artificialmente su desarrollo puberal con fármacos. El 87% de los jóvenes que acuden a Trànsit salen con la receta.
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