El Papa visita a víctimas de la guerra: «He venido para que todos vean lo que está sucediendo en este país»
Francisco consuela a miles de desplazados por la guerra civil en Sudán del Sur
«No podemos esperar más. Muchos niños sólo han conocido la realidad de los campos para desplazados»
El Papa escucha el testimonio de una desplazada sursudanesa
Las dos mil personas con las que el Papa se reunió este sábado por la tarde en Sudán del Sur tenían una cosa en común: han sido forzadas a abandonar su tierra y su vivienda a causa de la violencia o el clima extremo. ... Miraban al Papa en silencio, solemnes, y sus ojos parecían gritar el drama que está desangrando a este país. «Asesinaron a todos los hombres del pueblo, también a mi marido. Tuve que escapar con los niños», explicó una joven en un vídeo proyectado ante el pontífice. El Papa les aseguró que les ha visitado «para que todos vean lo que está sucediendo en este país desde hace años».
Se trata de la actual crisis de refugiados y desplazados más grave de África, y afecta a 4,2 millones de sursudaneses. Unos dos millones han huido como refugiados a países cercanos; el resto, han escapado a campos de desplazados dentro de sus fronteras. Allí viven en cabañas de chatarra, alzadas sobre inmensas extensiones de arena marrón, con precarias instalaciones sanitarias.
Tres adolescentes describieron personalmente al Papa el día a día en estos lugares. Johnson, de 14 años, le contó orgulloso que estudia tercero de Primaria. Le dijo que el campo está «abarrotado, y muchos niños se quedan sin escuela porque no hay profesores ni escuelas para todos». «Mi vida en el campo es dura y me preocupa cómo será en el futuro», le explicó Joseph de dieciséis años, que lleva 8 en ese lugar, sobreviviendo «gracias a la ayuda humanitaria».
El Papa les escuchaba serio y preocupado. «Estoy con vosotros, sufro por vosotros y con vosotros», les dijo. Francisco urgió al Gobierno y a los grupos rebeldes a retomar las negociaciones para aplicar el acuerdo de paz firmado en 2020 «y que finalicen las agresiones y la gente pueda volver a vivir de manera digna».
«No podemos esperar más. Muchos niños nacidos en estos años han conocido la vida sólo en campos para desplazados, olvidando el ambiente del hogar, perdiendo el vínculo con la propia tierra de origen, con las raíces, con las tradiciones. No puede haber futuro en los campos de desplazados», añadió. «No dejéis de soñar con un futuro mejor», les pidió. «Estamos aquí para dar alas a vuestra esperanza. Creemos que puede nacer una semilla nueva que dará fruto, también en esos campos para desplazados», aseguró.
El aplauso más ruidoso se alzó cuando Francisco advirtió que «para transformar el país» es imprescindible apostar por las mujeres, pues «no habrá futuro si la mujer no es protegida, respetada, valorada y honrada». Efectivamente, además de los matrimonios forzados, uno de los principales peligros de los campos de desplazados es que las niñas y adolescentes caigan en redes de prostitución.
El país vive entusiasmado la presencia del Papa Francisco y miles de personas esperan en las calles para saludarlo en los breves trayectos que realiza en coche, un Fiat 500 de color blanco.
Monjas asesinadas
Por la mañana, el Papa había recordado en la catedral de Yuba a dos monjas asesinadas en una emboscada el 16 de agosto de 2021. Las religiosas, una directora de una escuela de mil niños, y una enfermera, regresaban de una parroquia, cuando hombres armados bloquearon el paso de su autobús, obligaron a bajar a todos, y acribillaron a balazos a quienes no lograron escapar.
«Muchos sacerdotes, religiosas y religiosos han sido víctimas de agresiones y atentados en los que perdieron la vida», reconoció el Papa. «Quiero daros las gracias por lo que hacéis en medio de tantas pruebas y fatigas. Gracias, en nombre de toda la Iglesia, por vuestra entrega, valentía, sacrificios y paciencia», se despidió de todos. En la puerta del templo, el Papa saludó a casi 50 personas que viajaron a pie desde la ciudad de Rumbek, a 361 kilómetros, para participar en la visita.
Al anochecer, el Papa presidió una oración ecuménica junto al líder de la Iglesia anglicana Justin Welby, y el principal representante de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields. Aprovechando que asistían los líderes políticos del país, quienes desde 2013 a 2020 se disputaron el poder en una sangrienta guerra civil, Francisco recordó que «el que se dice cristiano tiene que elegir de qué parte estar. Quien sigue a Cristo elige la paz, siempre; el que desencadena guerra y violencia reniega del Evangelio».
Por otro lado, coincidiendo con el viaje del Papa y de los líderes de la Iglesia Anglicana y la de Escocia, el presidente Salva Kiir Mayardit ha indultado a 71 reclusos, entre ellos 36 condenados a muerte.
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Este domingo, el pontífice celebrará una misa en una de las principales explanadas de Yuba, el «Mausoleo John Garang», en honor del primer presidente del país, que falleció en un accidente de helicóptero, sin ver realizada la independencia. Será la última ceremonia del viaje, pues a continuación, tomará el vuelo de regreso a Roma, adonde tiene previsto aterrizar a las cinco de la tarde.
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