El País Vasco pone en peligro la educación en castellano de 10.500 familias
La nueva ley elimina el sistema de los tres modelos educativos y cercena la libertad de los padres para elegir
El Gobierno vasco impone el euskera y complica la supervivencia de la educación en castellano
Una alumna escribe en una pizarra electrónica de un colegio público en Guernica
¿Qué tendría que hacer una familia de Fuenterrabía, Guipúzcoa, para escolarizar a sus hijos en castellano? La pregunta se la realizaron al consejero vasco de Educación, Jokin Bildarratz, durante la presentación de la reforma educativa vasca. Su respuesta fue que bastaba con ... que esa familia se acercara «al centro educativo dentro de su área de influencia» y que hiciera constar su petición. Sin embargo, ABC ha comprobado que no es tan sencillo encontrar un colegio en el País Vasco que oferte plazas en modelo A (enseñanza solo en castellano).
Según los datos de las matrículas realizadas en el último curso, son 10.461 los alumnos que estudian solo en castellano, 5.290 en las etapas de Infantil y Primaria, y 5.171 en Secundaria. Suman el 3,7% del alumnado del País Vasco.
El año pasado hubo 187 familias que eligieron en castellano para escolarizar a sus hijos en el aula de dos años (primer curso del sistema de educación público vasco) y otras 253, en la de tres años.
Sin embargo, apenas tuvieron opciones para escoger centro educativo. Según el buscador que pone a disposición de las familias el Departamento de Educación, solo hay cuatro centros públicos con plazas en modelo A para niños de dos años en toda la comunidad autónoma. A ellas se suma la oferta de otros cinco colegios concertados, aunque en este caso, los padres tendrán que sufragar las correspondientes cuotas, ya que el concierto empieza a partir de los tres años.
Guipúzcoa sin centros con castellano
La situación resulta aún más complicada si esas familias residen en Guipúzcoa. Hoy por hoy ya no existen centros públicos que oferten plazas en modelo A y tendrían que recurrir a los únicos tres concertados, todos en San Sebastián, que ofertan plazas en esta línea.
Los datos muestran, además, cómo el número de matrículas solo en castellano se ha ido reduciendo con el paso de los años y el modelo A se ha convertido en una línea a extinguir en decenas de colegios. La oferta castellanoparlante podría ser aún más exigua si se aprueba el proyecto de ley.
La exigencia de que todos los alumnos, independientemente del modelo, obtengan un nivel B2 en euskera (intermedio-alto) hace de por sí muy complicado lograrlo si todas las materias se imparten en el idioma de Cervantes. Además, el borrador presentado incluye la «priorización del euskera» entre los «principios» que deben cumplir los colegios que quieran mantener el concierto.
Brecha política con el PSE
El giro lingüístico que sobre el papel anticipa la reforma educativa también ha abierto en el seno del Gobierno vasco lo que parece ser una brecha sin precedentes. Bildarratz defendió a capa y espada desde la sala de prensa que la reforma educativa era «de todo el Gobierno», lo que incluía el voto favorable de los tres consejeros socialistas. Sin embargo, el PSE se desmarcó de inmediato de esa afirmación advirtiendo en un comunicado que su voto sería en contra de no enmendarse la cuestión idiomática.
El consejero de Educación vasco ayer volvió a insistir en su «sorpresa» por esa reacción, ya que asegura que ningún consejero socialista mostró discrepancia alguna. El secretario general del PSE, Eneko Andueza, sin embargo, desmintió sus palabras pocas horas después. En declaraciones a los medios de comunicación ha asegurado que fue la propia vicelehendakari, Idoia Mendia, la que le «hizo saber» sus discrepancias un día antes del Consejo de Gobierno.
El PP: «Es un atentado contra la lengua»
Para el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, de aprobarse, la reforma educativa creará una «emergencia nacional» al «desterrar» el castellano y califica la ley de «atentado contra la lengua española». Cree además que se trata de un proyecto aprobado «al dictado de Bildu». Por eso no ha dudado en tachar las diferencias entre los socios de Gobierno de «pose electoral».
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Desde el PP vasco recuerdan que los socialistas, aunque ahora busquen «excusas», dieron su aprobación a un proyecto de ley que va en contra de la libertad de elección de los padres.