El obispo excomulgado que acoge a las monjas cismáticas y pide donativos en Instagram

Aparece casi siempre vestido con una impecable indumentaria eclesiástica propia de la Iglesia preconciliar. Así, su «Ilma. Rvdma.» se presenta ora en los toros -de bonete, sotana de cuello romano y llamativo pectoral-, ora en su recargado domicilio particular de Bilbao, vestido de morado y con roquete, con zapatos negros de hebilla reposando en un cojín morado mientas acaricia a «su querido pastor alemán, de pedigrí rosa», o «tomando puntualmente su té en el Ritz, aprovechando que visita el centro de Londres».

No extraña que cuando El Correo le entrevistó en 2008 posara en su salón -tan recargado, ecléctico, grandilocuente y pretencioso que sólo puede encajar en el 'estilo remordimiento español'-mientras tomaba el té, servido por su doncella de cofia y delantal de blonda y su mayordomo asiático de impecable chaqué. O que usara el plural mayestático cuando hablaba de sí mismo: «'Nos' queremos darnos a conocer», les decía para justificar la razón por la que había concedido la entrevista.

En realidad, Pablo de Rojas tiene poco más de cuarenta años, pues nació en Linares en 1981, en una familia de joyeros. De su linaje, destaca a su «querido y añorado abuelo», que fue «jefe provincial del Movimiento Nacional» de 1948 a 1955. Un pasado franquista, que por edad no pudo conocer en primera persona, pero que sigue haciendo presente en las redes de la pía unión. En sus redes sociales se refiere a Francisco Franco como «nuestro invicto caudillo».

Según explica el experto Luis Santamaría del Río en su libro 'A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España', De Rojas es «un personaje que se presenta a sí mismo, entre otros títulos nobiliarios, como duque imperial, príncipe elector de Sacro Imperio Romano Germánico y cinco veces Grande de España».

Lo cierto es que esos aires de fantasía se evidencian en todo su currículum, como por ejemplo cuando cuenta que estudió «en un Colegio del Opus Dei, llamado A. C. E. L.« en el que los profesores »guardan un grato recuerdo de S. Ilma. Rvdma«. En realidad, el Colegio ACEL de Linares, es un centro concertado laico, gestionado por una cooperativa de profesores, según explican en su página web.

La obsesión de Pablo de Rojas por el Opus Dei también se hace muy presente en las redes sociales de su organización, en la que tiene varios vídeos de su fundador, José María Escrivá de Balaguer, en lo que parece un intento de simular una cercanía con la Iglesia católica a la que, sin embargo, rechaza en la práctica. Además, según explica Santamaría en su libro, para su regulación interna la pía unión sigue «los estatutos dados por mons. Escrivá de Balaguer a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y al Opus Dei, obviamente en su versión inicial, de 1928, previa al Concilio Vaticano II».

Según la web de la organización religiosa, «desde que tenía uso de razón manifestó vocación sacerdotal» y «asistía con fervor y piedad a las Misas Tridentinas», lo que acabaría derivando en un tránsito por varios seminarios tradicionalistas, hasta que fue ordenado presbítero (2005) y obispo (2006) por el antiguo jesuita Derek Schell (consagrado obispo en el Palmar de Troya en 1976). Una ceremonia que pareció saberle a poco, porque en 2010 volvió a recibir 'sub conditione' todos los grados del sacramento del orden de manos del también obispo cismático, el valenciano Ricardo Subirón. Una forma de justificar su ministerio y remontar su sucesión apostólica al obispo vietnamita Pierre Martin Ngô Dinh Thuc, que participó en las ordenaciones de prelados de los lefebvrianos y también hizo obispo al valenciano.

A pesar de su pasado, afirma que «no ha tenido nunca nada que ver con la secta del Palmar de Troya ni con otras». En la práctica, lo que hizo De Rojas fue crear la Pía Unión con sede en Bilbao y con una actividad en apariencia católica, pero lejos de los actuales postulados de la Iglesia romana. De hecho, no considera legítimo a ningún papa desde Pío XII, por lo que entienden que la sede de Pedro está vacante desde 1958.

De hecho, todos los postulados de los sedevacantistas han sido asumidos por las monjas de Burgos y aparecen en el documento con que las religiosas han justificado su salida de la Iglesia católica, en lo que parece un texto desarrollado al dictado desde la pía unión del obispo cismático. Además de no reconocer a ningún Papa desde el Concilio Vaticano II, ni los cambios aprobados por la Iglesia desde entonces, sobre todo en la cuestión litúrgica, los sedevacantistas (que son una reducidísima minoría a nivel mundial) se consideran los auténticos católicos. Aunque en la práctica, más que marcharse de la comunión eclesial, han sido ellos quien han 'expulsado' al resto de creyentes (cerca de mil cuatrocientos millones según el Anuario Pontificio de 2024) que siguen viendo en el Papa al sucesor de Pedro.

El alto nivel de vida que el obispo muestra en la web y sus redes sociales no parece estar justificado, aunque quizás se entienda mejor al comprobar que en sus post de Instagram dedica más espacio a ofrecer sus cuentas corrientes y reclamar donativos que a la descripción de su actividad. Para evitar confusiones entre los católicos, en 2019, el obispo de Bilbao, Mario Iceta, decretó su excomunión.

Ahora, al acoger a las monjas, De Rojas se reencuentra con Iceta, ya como arzobispo de Burgos, que de nuevo ha tenido que salir al paso para explicar un situación tan inusual dentro de la Iglesia católica. Mientras, la pía unión -que el obispo excomulgado inscribió en 2021 en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior, pero no en el de Entidades Religiosas de Justicia- ve como se engrandece su reducida comunidad sedevacantista con las 16 religiosas que se suman al cisma.