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Un milagro llamado Jesús: nace el bebé de la primera mujer trasplantada de útero en España

La madre, que no podía tener hijos y a la que el 5 de octubre de 2020 le implantaron en el Hospital Clínic el órgano que le cedió su hermana, se sometió a varios procesos de reproducción asistida

«Ha sido un proceso duro pero ha valido la pena», dice Tamara

El polémico trasplante se realizó sin la luz verde de la Organización Nacional de Trasplantes

Tamara Franco con su bebé Inés Baucells
Esther Armora

Esther Armora

Barcelona

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Jesús nació antes de tiempo, pero sano. Asomó a la vida el 10 de marzo de 2023, con un kilo y cien gramos de peso, recién cumplido el séptimo mes de gestación, ajeno a la expectación que comportaba su llegada al mundo. Su madre, Tamara Franco, recibió casi tres años antes, en octubre de 2020, el útero que su hermana Bárbara, que ya era madre, le cedió para que pudiera cumplir su sueño de tener hijos, anhelo que un defecto congénito le truncó al nacer sin este órgano. Hoy, su «pequeño milagro», con más de tres kilos de peso, posa tranquilo en sus brazos durante un concurrido bautizo ante los medios. Le custodian parte del equipo de profesionales del Hospital Clínico de Barcelona que han hecho posible esta realidad. «Ha sido duro pero ha valido la pena», ha dicho Tamara a los periodistas.

El nacimiento de Jesús, prueba el éxito de este tipo de intervención, no exenta de debate ético, y que, según planea el Clínic, podría extenderse en un futuro a todas las pacientes con factor uterino absoluto, es decir que no tengan un útero funcional.

El 5 de octubre de 2020 se empezó a obrar el milagro para esta joven murciana de 34 años, - «pura fuerza» como la definen los doctores que la intervinieron- que nunca renunció a ser madre pese a que su cuerpo le negaba ese derecho. «El primer logro fue trasplantarle con éxito el útero, el segundo, que le viniera la menstruación, aunque el objetivo final de todo el proceso era que Tamara fuera madre y se ha logrado», asegura el doctor Francisco Carmona, responsable del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic, que junto al urólogo Antonio Alcaraz, jefe de Urología del centro, han capitaneado todo el proceso.

Los dos especialistas, compañeros y amigos desde hace años, unieron hace años fuerzas para hacer realidad la ilusión de Tamara y la convirtieron en la primera mujer trasplantada de útero en España, tal como avanzó ABC en su edición del 9 de septiembre de 2020. Ahora, esta mujer valiente ha vuelto a marcar un hito en la historia de la medicina de nuestro país al ser la primera trasplantada de útero en dar a luz a un bebé sano.

«Conseguir que lo autorizaran no fue fácil. Fue un camino largo en el que tuvimos que consultar a muchos comités. Lo arrancamos en 2015. Ese año presentamos el primer proyecto [de este caso] al comité de ética y, a partir de aquí, hubo un largo peregrinaje que pasó por varios comités de bioética. Antes de hacer este trasplante, fuimos también a diferentes países a ver casos de trasplantes de útero«, asegura Carmona.

El periplo se ha cerrado definitivamente este marzo con el nacimiento de Jesús. «Al fin se cumplió mi sueño», ha dicho hoy la madre emocionada ante los medios. Hoy mismo, ella y su esposo Jesús Robles, se llevaran por primera vez al pequeño a su hogar tras permanecer 74 días ingresado. Tras ver cumplido su deseo de ser madre y por su petición explícita, a Tamara le extirparon el útero. Ahora, regresa a Murcia y le controlarán conjuntamente desde el hospital murciano y el Clínic.

Tamara padecía el síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito del aparato reproductor por el que nació sin útero ni trompa de Falopio y que le impedía concebir una vida. A los 15 años supo que no podía concebir vida y fue, según explica, «un golpe muy duro». «Desde pequeña soñaba con ser madre. Siempre le pedía a los Reyes cochecitos con bebés», dice emocionada.

Pese a que su cuerpo le cerró el camino hacia la maternidad, ella nunca tiró la toalla. Buscaba información por internet sobre mujeres que sufrían el mismo síndrome y leía todo lo publicado al respecto. En 2014, un destello de luz le señaló de nuevo el camino hacia su quimera. Vio en la televisión que una mujer con su mismo problema, en Suecia, había dado luz a un bebé. Grabó la noticia y la envió a su hermana. Ambas tuvieron claro qué iban a aprovechar la senda abierta por la mujer sueca.

«Tan compleja como un trasplante de cara»

Seis años después, la intervinieron. Fue una operación «muy compleja, de una complicación similar a la de un trasplante de cara, en la que te lo juegas todo a una», ha indicado Antonio Alcaraz. Una de las mayores dificultades de la intervención, que duró casi 20 horas, fue, según precisa, trabajar a nivel vascular con venas de solo tres o cuatro milímetros de grosor«. El especialista confiesa que lo de Tamara »no ha sido solo una historia técnica, sino también de emoción, de pasión, aunque los médicos debemos controlar las emociones y mostrarnos como témpanos de hielo para no fallar«.

Tamara y su marido Jesús con su bebé en brazos durante la presentación a los medios INéS BAUCELLS

Con un útero ya funcional, Tamara rozaba su anhelado sueño pero le faltaba quedarse embarazada. Dos meses después del trasplante, tuvo la primera regla y, como todas las pacientes trasplantadas fue tratada con inmunosupresores. Esperaron seis meses desde la primera menstruación para empezar a transferirle los embriones previamente recogidos. «Le transferimos tres y en la segunda transferencia quedó embarazada, aunque se interrumpió a las ocho semanas de gestación», explica Francisco Carmona. El equipo del Clínic preparó a Tamara para concebir nuevos embriones, aunque luego sufrió Covid-19. Finalmente, en una nueva tanda de transferencias embrionarias, el 5 de septiembre de 2022, se quedó embarazada de Jesús.

Todo iba sobre ruedas hasta que en los albores del séptimo mes de gestación, la paciente presentó preeclampsia, una complicación del embarazo que puede afectar a la vida de la madre y el bebé, y el equipo del doctor Carmona programó una cesárea. «Queríamos garantizar la seguridad para ambos», afirma el experto. «Es un milagro de la ciencia», ha dicho el consejero de Salud, Manel Balcells, al presentar hoy la gesta ante los medios.

Intervenciones no exentas de debate ético

 El pasado año el centro barcelonés realizó también con éxito la segunda intervención de estas características tras la donación de una madre a su hija, que tenía problemas de fertilidad. El éxito de estos dos casos demuestra la viabilidad de este estas intervenciones, no exentas de debate ético, según reconocen los especialistas del hospital barcelonés. En total se ha practicado en el mundo más de 100 trasplantes de útero, a raíz de los cuales han nacido 50 bebés.

El centro barcelonés ha realizado hasta la fecha dos trasplantes de útero con éxito y dos más se encuentran en proceso de estudio, uno de ellos «muy avanzados», y hay un par más que tienen posibilidades de entrar en el proceso de selección final. «Nos han consultado sobre esta intervención más de un centenar de mujeres», apunta Francisco Carmona.

Avanza también que es una técnica aplicable en un futuro a mujeres con factor uterino absoluto, que no les funciona el útero, que no lo tienen, o que lo han perdido por cualquier circunstancia médica.

Las intervenciones de trasplante útero estuvieron durante años aparcadas en nuestro país por el debate ético y social que plantean. Cataluña estaba decidida a ser pionera. En 2019, un año antes de realizarse el trasplante de Tamara, Francisco Carmona, anunció en una entrevista a ABC Salud que 2020 sería el año del primer trasplante de útero. «Tenemos un equipo muy bueno de anastomosis vascular, un urólogo de los mejores con una gran experiencia en trasplantes vivos, así como una paciente y una receptora idónea . Pese a los dilemas éticos, a la ONT le va a costar mucho decir que 'no' con el caso que le presentaremos», contaba entonces a este periódico. El urólogo experto al que se refería el ginecólogo del Clínic es Antonio Alcaraz, el que ha sido su compañero en esta emocionante aventura que ha marcado un hito en la medicina de nuestro país.

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) se ha resistido durante años a autorizar esta intervención por motivos éticos y sociales. Varios equipos de la Comunidad Valenciana y Cataluña lo habían solicitado y todos se toparon con la negativa de la ONT. No se cuestionaba la pericia o la capacidad de los cirujanos españoles. Muchos de ellos han colaborado con equipos donde esta injerto lleva años haciéndose.

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