Mesoterapia para la celulitis o inyecciones de ácido hialurónico: estos son los tratamientos que triunfan en las jóvenes españolas

Según el último informe de la Sociedad Española de Medicina Estética, la mitad de la población de España acudió a tratamientos estéticos en 2023. Los hay de todos los tipos, desde inyectables, masajes o consejos para cuidar la alimentación. Sin embargo, hay cinco en especial que han triunfado por encima del resto.

La luz pulsada intensa (IPL) se lleva el primer puesto en cuanto a tratamientos más practicados en España. Consiste en la emisión controlada de pulsos de luz de alta intensas en zonas de la piel. Permite eliminar manchas, rojeces, marcas del acné o arrugas muy finas. Además de conseguir que la piel luzca mucho más luminosa y con un tono más uniforme. Se recomiendan entre tres y cinco sesiones de 30 minutos cada una, y los resultados comienzan a ser visibles en una semana.

El tratamiento no es doloroso, y después de realizarse, el paciente puede realizar actividad diarias y maquillarse sin ningún problema. Se aconseja que se use un protector solar y evitar la exposición al sol, ni hacer otros tratamientos en la zona en la que se ha aplicado el láser hasta que haya pasado un mes.

Los tratamientos para la celulitis están a la orden del día, y la mesoterapia es el más solicitado. Consiste en la aplicación de microinyecciones en la piel de distintos tipos de medicamentos (homeopáticos, vitaminas, minerales o aminoácidos), según los objetivos del tratamiento. Es indoloro, y actúa a tres niveles diferentes:

Se suelen necesitar entre 10 y 12 sesiones semanales, para seguir con cuatro sesiones quincenales y posteriormente una mensual o cada dos meses de mantenimiento.

Es conocido como 'lifting vampírico', porque durante el tratamiento se utiliza la propia sangre del paciente para rejuvenecer la piel. Consiste en extraer alrededor de 10ml de sangre, de las cuales se aíslan y estimulan determinadas proteínas que luego se vuelven a infiltrar en la cara del paciente, para regenerar y crear nuevas fibras de colágeno y elastina.

Dura aproximadamente 30 minutos, y el paciente deberá esperar unos días para tener resultados visibles y notar un efecto tensor en el rostro. A pesar de que el objetivo sea el mismo que el bótox, el PRP no rellena arrugas, sino que mejora la elasticidad de la piel. Se recomiendan tres sesiones, una al mes. No tiene efectos secundarios tardíos, ni aparecerá ninguna reacción alérgica ya que se basa en la propia sangre de la persona.

El bótox y el ácido hialurónico son los dos grandes aliados para mantener la cara joven y tersa, y sin lugar a dudas son los dos tratamientos más reconocidos en medicina estética. Sin embargo, y pese a que se confundan, cada uno tiene una función: el bótox se encarga de paralizar o relajar la musculatura, reduciendo las arrugas de expresión por movimiento, mientras que el ácido hialurónico se encarga de rellenar las arrugas o surcos del rostro.

Además de su uso estético, el bótox también tiene aplicaciones terapéuticas para el tratamiento del estrabismo, migrañas o para bloquear las glándulas sudoríparas de pacientes que transpiran excesivamente, entre otros.

Por otra parte, el ácido hialurónico es un tipo de azúcar que se encuentra de forma natural en nuestro organismo. Sin embargo, con el paso de los años el propio cuerpo genera cada vez menos, lo que provoca la aparición de arrugas en frente, contorno y comisura de los labios, ojeras o líneas de expresión en nariz y boca.