Medicina estética para todos y donde sea: alertan del aumento de tratamientos en gimnasios y peluquerías
La mitad de los españoles se someten a intervenciones estéticas en la cara. Triunfa la luz pulsada, el bótox o el ácido hialurónico
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Madrid
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Iniciar sesiónBótox, plasma rico en plaquetas para tener una piel más tersa, tratamientos para la celulitis... solo en 2023, la mitad de la población española decidió recurrir a la medicina estética para mejor su apariencia física. Así lo refleja la Sociedad Española de Medicina ... Estética (SEME) en su nuevo informe 'Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023', presentado este jueves. Los más demandados fueron los tratamientos de luz pulsada intensa o IPL (para eliminar manchas), los rellenos con ácido hialurónico, la mesoterapia para la celulitis, el PRP para reforzar la piel y el uso de inyectables como el bótox para eliminar las arrugas de expresión. También entran en este grupo los consejos para cuidar la alimentación u orientarte en la nutrición.
Tras más de 1.500 entrevistas realizadas a nivel nacional, del estudio se desprende que el 47 por ciento de la población española se ha hecho un tratamiento de medicina estética en 2023. La prevalencia se mantiene en las mujeres, con un 70 por ciento con respecto a un 30 de ellos. Sin embargo, cada vez comienzan antes a inyectarse o tratarse la celulitis. En solo siete años, ha aumentado en un 20 por ciento las chicas de 16 a 25 años que encuentran imperfecciones en su cuerpo de las que se necesitan agujas e inyecciones para tratarlas. Lo mismo ha ocurrido en las personas mayores de 45 años (entre un 28 y 38 por ciento), lo que polariza y amplía el espectro de edad del paciente.
En cuanto a la clase social, el 70 por ciento cuenta con un buen colchón en sus cuentas bancarias, dejando en un 25 y 6 por ciento residual a aquellas personas que pertenecen a la clase media y baja. El informe advierte que existe cierta percepción de «elitismo o falta de asequibilidad» a la Medicina Estética por parte de la población con menos recursos, que busca alternativas en cremas u otros métodos. Además, advierten de una problemática mucho mayor agravada a esta situación: el alto grado de nivel de intrusismo en la búsqueda de la eterna juventud.
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Inyecciones en peluquerías, gimnasios o domicilios
El estudio destaca que el 28 por ciento de las intervenciones se han realizado en peluquerías o establecimientos similares; el 8 por ciento en domicilios (donde en algunas ocasiones acudió un profesional) y un 4 por ciento en gimnasios y dentistas.
De los encuestados, el 10 por ciento percibe como «normal» hacerse tratamientos de medicina estética en su hogar, lo que SEME ha considerado como «gravísimo», tanto para lo que repercute en los profesionales de la estética como para la sociedad. «Se pone riesgo la eficacia y seguridad de los tratamientos, se generan problemas en la salud pública por efectos adversos y se desprestigia la imagen y credibilidad de la Medicina Estética», alertan.
Nadie pregunta por la formación de quien aplica los tratamientos
A pesar de que cada vez más personas se someten a estas intervenciones y saben discernir en qué tipo de centro se lo practican, el informe asegura que el 6 por ciento no sabe indicar quién se los aplican. «No preguntan por ello, no saben la formación de quienes les tratan». El origen de este problema radica en que «hay mucha confusión en lo que la población entiende por medicina estética», según el doctor Juan Antonio López, presidente de SEME. El estudio indica que el 22,1 por ciento de los encuestados afirman no saber lo que es y solo el 42,7 por ciento «se acerca a la definición» de medicina estética.
Según revela el informe, la medicina estética se relaciona más al uso de inyecciones, la cirugía conlleva para la mayoría la presencia de un quirófano y un bisturí, y la estética se basa más en el uso de cremas o de masajes, sin interferir otros aparatos. Sin embargo, la población no ubica correctamente los diferentes tratamientos en cada ámbito, por lo que el estudio concluye que la población no tiene claro lo que es realmente la medicina estética, ni cómo diferenciarla con facilidad de la estética o de la cirugía estética.
En este contexto, los expertos demandan que el desconocimiento de la población «provoca un elevado intrusismo en medicina estética que pone en riesgo la eficacia y seguridad de los tratamientos, que genera problemas de salud pública».
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