Lula llama a la acción a los líderes en la Cumbre del Clima pero esconde su deseo de buscar petróleo en el Amazonas

Lula, que recibe el evento, viene insistiendo en buscar petróleo en la desembocadura del río Amazonas, una de las principales polémicas en esta Cumbre del Clima. El proyecto está en fase de investigación, pero los especialistas calculan que hay grandes posibilidades de que esas reservas se confirmen, y Lula defiende que Brasil tiene derecho a usar ese combustible fósil, considerado el principal enemigo en la lucha contra el calentamiento global.

«El año 2024 fue el primero en el que la temperatura media de la Tierra superó en un grado y medio los niveles preindustriales. La ciencia ya indica que este aumento se prolongará durante algún tiempo o incluso décadas, pero no podemos abandonar el objetivo del Acuerdo de París», dijo el presidente brasileño, que recordó que este año se celebran los 80 años de la ONU y los 10 del Acuerdo de París.

Lula citó el informe sobre emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que apunta hacia un aumento de la temperatura de dos grados y medio para 2100. «Según el Mapa del Camino Baku-Belém, las pérdidas humanas y materiales serán drásticas. Más de 250.000 personas podrían morir cada año. El PIB (Producto Interior Bruto) mundial podría reducirse hasta un 30%», afirmó. «Es el momento de tomarse en serio las advertencias de la ciencia. Es hora de afrontar la realidad y decidir si tendremos o no el valor y la determinación necesarios para transformarla», añadió el presidente que llamó esta edición «la COP de la verdad«.

«Para avanzar, será necesario superar dos desajustes. El primero es la desconexión entre los salones diplomáticos y el mundo real. Es posible que las personas no entiendan qué son las emisiones o las toneladas medias de carbono, pero sí perciben la contaminación», explicó el brasileño que ha apostado en este evento para reforzar el liderazgo ambiental de Brasil, el mismo país que fue la cuna de estos eventos con la Río 92, conocida también como la Cumbre de la Tierra y la semilla de estos eventos organizados anualmente por la ONU.

«Puede que no asimilen el significado de un aumento de un grado y medio, pero sufren sequías, inundaciones y huracanes. La lucha contra el cambio climático debe estar en el centro de las decisiones de cada gobierno, cada empresa y cada persona», prosiguió Lula da Silva, recordando que la crisis climática no es una abstracción.

Lula celebró el hecho de recibir por primera vez una cumbre del clima en una ciudad de la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo, que es además estratégica en la regulación del clima global. «Por primera vez en la historia, una COP sobre el clima tendrá lugar en el corazón de la Amazonía. En el imaginario global, no hay mayor símbolo de la causa medioambiental que la selva amazónica», comentó, a la vez que recordó la exuberancia y fragilidad de la Amazonia, y la necesidad de que el mundo asuma con responsabilidad la protección de los ríos, especies y pueblos indígenas.

Sin mencionar la ausencia de los líderes ultraderechistas, Donald Trump, de Estados Unidos, y Javier Milei, de Argentina, Lula citó como un segundo desajuste las «fuerzas extremistas«, que frenan la acción climática en el orden geopolítico. «Las fuerzas extremistas fabrican falsedades para obtener ganancias electorales y aprisionar a las generaciones futuras en un modelo obsoleto. Las rivalidades estratégicas y los conflictos armados desvían la atención y agotan los recursos que deberían canalizarse para hacer frente al calentamiento global», afirmó. Otra ausencia clave en esta cumbre fue la del presidente de China, Xi Jinping.

Lula también vinculó directamente la lucha climática con el combate a la pobreza y el hambre, dos de los temas más importantes en sus discursos, que consideró inseparables. «La justicia climática es aliada de la lucha contra el hambre y la pobreza, del combate contra el racismo, de la igualdad de género y de la promoción de una gobernanza global más representativa e inclusiva», señaló.

En un día de intensa agenda, Lula ha recibido este jueves al Príncipe Guillermo de Gales y al primer ministro británico Keir Starmer, para una reunión pautada en cooperación climática e inversiones en energía verde.

A continuación, Lula ofreció un almuerzo que sirvió de plataforma para el lanzamiento del Fondo Bosques Tropicales para Siempre, su apuesta principal para financiar la conservación de la Amazonia.

Por la tarde, Lula se reunió con el mandatario francés Emmanuel Macron, con quién presentará una agenda conjunta de preservación y financiación internacional para el Fondo Amazónico. El presidente de España, Pedro Sánchez, participará por la mañana en la Cumbre de Belém.

El éxito de esta edición deseado por Lula dependerá de si los compromisos políticos y financieros se cumplen, lo que ha sido el principal desafío de las dos COPs anteriores en Emiratos Árabes y en Azerbaijan. Si depende de Lula, el petróleo no estará en la agenda de los líderes, lo que mancha la historia de esta COP.