Logran extirpar completamente el tumor cerebral del pequeño Óliver
El niño malagueño que llegó a Barcelona en octubre desde Cancún ha sido operado exitosamente por tercera vez y seguirá su tratamiento de radioterapia en Madrid
Logran extirpar más del 90% del tumor cerebral del pequeño Óliver
Barcelona
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Iniciar sesiónLa aventura española del pequeño Óliver va llegando a su final. El niño malagueño de tres años que voló en octubre a Barcelona desde México ya no tiene ningún resto del tumor cerebral que hacía peligrar su vida, del que ya se le logró extirpar un 90 por ciento ... a principios de noviembre.
Desde el hospital pediátrico Sant Joan de Déu de Barcelona informan que el equipo de neurocirugía dirigido por el doctor José Hinojosa consiguió eliminar el lunes el diez por ciento restante y, que, superada esta tercera intervención (la primera sirvió para introducirle detrás de la oreja una válvula de derivación ventricular que drenase el agua que se acumulaba en su cerebro y le causaba hidrocefalia), el pequeño proseguirá el tratamiento de radioterapia en un centro de Madrid.
Los tumores cerebrales en adolescentes y niños son muy poco frecuentes. De hecho, cada año se diagnostican solo 250 casos en España, y la mayoría tienen una alta posibilidad de curación. El caso de Óliver es especialmente delicado ya que, según hicieron saber en octubre los especialistas del hospital barcelonés, el tumor se encontraba cerca del tronco encefálico, en la fosa posterior del cerebro, una zona compleja de operar por su cercanía a determinadas estructuras nerviosas fundamentales, como lo pueden ser el bulbo raquídeo, el cerebelo o las raíces de los pares craneales.
Periplo viral
El caso de Óliver saltó rápidamente a los medios a finales de octubre a raíz de unos vídeos en redes sociales en los que su padre, de origen malagueño, exponía el drama familiar y pedía ayuda: a su pequeño le quedaban dos semanas de vida y la sanidad pública mexicana (donde residían) lo daba por perdido.
El hospital pediátrico Sant Joan de Déu de Barcelona se ofreció a tratar el caso, pero todavía quedaba por resolver el transporte del menor, pues por aquel entonces las hidrocefalias (agua en el cerebro) que le provocaba el tumor eran severas y necesitaba atención constante. Algo prácticamente imposible de resolver en un vuelo intercontinental de 12 horas.
Afortunadamente, un benefactor anónimo abonó los 196.400 euros que costaba un avión medicalizado, que resolvía este problema, con el que la familia viajó Barcelona donde, primero, se le introdujo la válvula de derivación al menor y, segundo, se le extirpó el 90 por ciento del tumor.
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