Sant Joan de Déu espera dar el alta al pequeño Óliver en «cuatro o cinco días»

El menor trasladado desde México en avión medicalizado, hace ahora tres semanas, se recupera de la intervención que supuso extirparle un 98,84% del tumor que presentaba en la base del cráneo y el hospital ha explicado que recibirá un tratamiento de quimioterapia en el marco de un ensayo internacional. Hinojosa asegura que este tratamiento durará dos meses y esperan poder reducir todavía más el tumor o modificar las condiciones, «para hacerlo más accesible» y facilitar la extirpación total en una segunda cirugía.

El cirujano jefe ha explicado que, una vez recuperado de esta intervención, Oliver iniciará un tratamiento de radioterapia con protones en Madrid, concretamente en la Clínica Universitaria de Navarra. Esta terapia es un tratamiento novedoso que ha demostrado para los especialistas ser prometedor en la lucha contra diversos tipos de cáncer. Según algunos estudios, puede provocar menos efectos secundarios que la radiación tradicional, de rayos X, y es más fácil de controlar.

Hinojosa ha remarcado que la particularidad del caso del menor era el «enorme volumen» del tumor -7,5 centímetros-, que invadía extensamente el tronco del encéfalo, una zona complicada de intervenir por su proximidad a estructuras nerviosas fundamentales como el cerebelo o el bulbo raquídeo. Además, el cirujano ha destacado la extrema fragilidad con la que llegó al centro y el riesgo de colapso sistémico.

En paralelo a su recuperación, el estudio molecular del tumor extraído el miércoles 2 de noviembre, ha permitido determinar que es un ependinoma de fosa posterior, un tumor del sistema nervioso central que afecta cada año a unos 30 niños en España, siendo el más frecuente y agresivo el que afecta a Óliver. El Hospital Sant Joan de Déu ha señalado que el equipo liderado por Hinojosa opera cada año un centenar de tumores cerebrales pediátricos.

El padre de Oliver ha agradecido a los profesionales del hospital, ha dicho que el menor se encuentra «cada día mejor», y ha recordado que su caso no es el único y que estos días ha podido hablar con familias en igual o peor situación. Ha dicho que en el caso del menor se ha pasado de «un diagnóstico muy malo a tener un camino por recorrer».

Óliver llegó a España en avión medicalizado desde Cancún (México) donde vive con su familia desde hace un año y medio porque su padre, de origen malagueño, fundó una escuela de buceo en Playa del Carmen, un paraíso de la Riviera Maya. Cuando a mediados de octubre le diagnosticaron el tumor, el padre, desesperado porque la sanidad pública mexicana se desentendió del caso por "imposibilidad de cumplir los plazos", empezó a subir vídeos a internet donde exponía su tragedia.

El hospital pediátrico de Sant Joan de Déu aceptó entonces correr a cargo del menor, "siempre y cuando alguien lo trajera desde México". Condición que se cumplió cuando un benefactor anónimo abonó los 196.400 euros que costaba el vuelo privado desde México. 12 horas y media sobre el Atlántico.