¿Por qué es tan diferente el incendio de Tenerife que hasta los aviones fallan?

El último balance del Gobierno de Canarias eleva a 3.797 las hectáreas afectadas por las llamas, mientras el avance del incendio sigue sin control y ha provocado que se hayan evacuado de sus hogares a 3.069 personas y se haya confinado a otras 3.800 por motivos de seguridad.

Un incendio de sexta generación

La virulencia del fuego, con una rápida expansión y capacidad destructiva, permite identificarlo como un incendio de sexta generación, donde la gran cantidad de energía que genera provoca que se generen unas condiciones atmosféricas propias y cambiantes. Estas características lo convierten en uno de los más peligrosos y más difíciles de detener, ya que las corrientes varían y los convierten en fenómenos más impredecibles que los incendios ordinarios para los equipos de emergencia.

Tal y como explican desde la web Eltiempo.es, el incendio de Tenerife está provocando pirocúmulos de altura, nubes de humo provocadas por el fuego -en este caso, de entre 3 y 4 kilómetros de altura- que ascienden y provocan alteraciones en el clima de la zona. Estas nubes generan corrientes de aire que transportan el humo y la ceniza y pueden dar lugar a nuevos focos al generar rayos.

Además, las altas temperaturas del fenómeno suponen una dificultad añadida para las labores de extinción, ya que las temperaturas de hasta 800ºC que se pueden alcanzar en el núcleo del incendio y el calor que generan provoca, en ocasiones, que el agua derramada por los medios aéreos se evapore antes incluso de que lleguen a la superficie.

El clima tampoco está del lado de los bomberos, ya que a partir del sábado comenzará el episodio de calor -que desembocará en la tercera ola de calor del verano- en las islas, por lo que la Agencia Estatal de Metereología (Aemet) ha establecido aviso amarillo por altas temperaturas para todo el archipiélago salvo Lanzarote.

La Aemet prevé que se alcancen los 34ºC de máxima en todas las islas este sábado y domingo, que afectarán principalmente a las medianías -zonas cuya altura se sitúa entre los 600 y 1500 metros- orientadas al sur y al oeste de las islas de mayor relieve -como Tenerife- y a zonas de interior del sur de Fuerteventura.