Diez días de restricciones que particulares y comercios no perciben: «Ahora mismo las medidas son publicidad falsa»

Los municipios que se abastecen de los embalses del sistema Ter-Llobregat están en la fase 1 de emergencia con una limitación de 200 litros por habitante y día y otra serie de restricciones que por el momento no han afectado a la mayoría de los ciudadanos. «Por ahora no hay cambio alguno en casa», señala Belén, una vecina del barrio de Sant Andreu, en Barcelona, quien explica que ella ha notado las consecuencias de estas medidas en el peor aspecto de parques y jardines, puesto que han dejado de regarlos, igual que los campos de fútbol de divisiones más bajas. «Si es de un equipo más 'profesional', sí riegan algo, pero el resto prácticamente nada. Como te tires por el suelo, te haces un 'tattoo'. Además que a la hora de jugar se nota, porque la pelota rueda peor», comenta su hijo, quien justo acaba de llegar a casa con una pierna desollada a causa, explica, del mal estado del terreno de juego.

En el club de natación de Sant Andreu tratan de concienciar a los socios: «Hemos puesto carteles en duchas e instalaciones para que sepan que debemos gastar menos agua». Y, aunque aseguran encontrarse todavía en proceso, ya han cerrado el 25% de las duchas y puesto limitadores en grifos y duchas, lo que supone, en el primer caso, un 70% menos de agua, y en el segundo, un ahorro del 50%. Otra medida que han aplicado es la de regar las pistas de tenis con agua freática –la acumulada en el subsuelo–, aunque en la web se indica que se instalará césped artificial «para ser coherentes con el ahorro de agua».

El vecino del barrio del Putxet i Farró, mencionado al comienzo de este texto, asegura que en su gimnasio no han tomado ninguna medida para hacer frente a la sequía. «Se supone que hay restricciones de tres minutos para ducharse, pero pregunté y me dijeron que todo seguía normal. No hay control de nada», explica. En lo que se refiere al domicilio, Pedro (nombre ficticio) tampoco ha percibido cambio alguno. «Antes de ayer limpié la casa y gasté mucha agua: usé dos cubos para fregar, lavé los platos, puse tres lavadoras y siempre bebo del grifo… No he notado nada, no me la han cortado y he consumido mucha», afirma. Y además compara las restricciones adoptadas en Cataluña con la de su localidad natal, en Andalucía. «En mi pueblo, ubicado en la Axarquía, cortan el agua a cierta hora y si no tienes un depósito donde almacenarla, te quedas directamente sin poder hacer uso de ella durante toda la noche, por lo que las restricciones adoptadas por la Generalitat me parecen paja», opina.

Miguel, vecino de Sardañola del Vallés (Barcelona), piensa que en su localidad todavía no hay restricciones. Por supuesto las hay, pero no es el único que no se ha percatado de ellas. También en la provincia de Barcelona, Inma, vecina del mismo municipio que Miguel; Javier, en Sabadell; o Núria, en Villanueva y Geltrú, no han notado ningún cambio en casa. Lo mismo en los comercios. ABC ha contactado con distintos negocios en algunas de las regiones afectadas y todos coinciden en que continúan trabajando, por el momento, «con total normalidad», aunque otros intentan gastar menos agua porque, dicen: «Estamos concienciados».

Antonio Otero, concejal de Medioambiente en el Ayuntamiento de Sardañola del Vallés, explica a ABC que los 200 litros de agua por persona y día son una fórmula que se utiliza para que cada municipio sepa la cantidad máxima que puede gastar diariamente. La regla es la siguiente: 200 litros por el número de habitantes que tiene la localidad, y el total se reparte entre el uso doméstico, industria, servicios y comercio, quedando fuera la agricultura y la ganadería. «Es un consumo elevadísimo», recalca Otero. Razón por la que no se percatan en casa.

Sardañola gasta ahora mismo una media de 170 litros por habitante al día, por lo que está por debajo de la restricción establecida por la Generalitat y lo seguiría estando en la fase 2, que pone el límite en 180 litros. No obstante, el concejal de Medioambiente advierte que el consumo de cada municipio se revisa mensualmente y que si este es inadecuado, Aguas de Barcelona, la empresa encargada de gestionar su uso en el área metropolitana, identifica dónde están los picos de consumo y avisa a los responsables para que lo corrijan. «En el caso de que la localidad sobrepase el límite permitido, las autoridades podrían tomar medidas propias de la fase 2, como reducir la presión del agua». Y ahí, sí se notaría en los hogares.

Al no existir por el momento un plan de sequía municipal, en Sardañola del Vallés siguen las indicaciones de la Generalitat. Eso sí, desde el Ayuntamiento apuntan que el consumo de agua se puede repartir como cada uno considere. «Te permiten regar o llenar piscinas siempre que no sobrepases el límite global. Si quieres regar, puedes optar por ahorrar cerrando las duchas, por ejemplo. Pero es importante saber que esos 200 litros que se pueden gastar al día no se pueden acumular y usar en los días siguientes», explican.

En este municipio del Vallés Occidental no se riega desde hace meses. Tan solo está permitido regar las jardineras con agua regenerada y usando mangueras, «nada de aspersores». Para baldear las calles utilizan agua freática y se han cerrado las zonas de aguas recreativas. En los entrenamientos no se pueden usar las duchas, solo se puede hacer uso de ellas en los partidos de fútbol federados de fin de semana, donde se pide además que no sobrepasen los tres minutos.

En el club de baloncesto de María y Marcos, en Viladecans (Barcelona), las medidas son similares y en su comunidad de vecinos hace ya muchos meses que no se riega el césped, por lo que está totalmente seco. «La piscina sí está llena, pero porque cuenta con un tratamiento que dura bastantes años. Sin embargo, si hay alguna zona verde, se deberá probablemente a alguna fuga en el sistema de riego», explica Damián, padre de ambos.

Desde entes públicos y centros deportivos tratan de hacer campañas de concienciación para que los ciudadanos lleven a cabo un consumo responsable del agua. «Los particulares que hacen un buen uso, no tienen por qué verse afectados», señalan desde el Ayuntamiento de Sardañola. Núria, por su parte, manifiesta que en casa utilizan «siempre el agua justa». «No usamos la bañera y nuestras duchas son cortas», afirma. Por su parte, Miguel dice que cuando se ducha, pone un cubo bajo el grifo antes de que el agua salga caliente para así no desperdiciarla y echársela después a las plantas.

Estas son pequeñas medidas que ayudan a ahorrar agua y algunos ciudadanos realizan para aportar su granito de arena con el problema de la sequía. Desde Aguas de Barcelona dan algunos otros consejos que cada uno puede hacer en casa, como cerrar el grifo cuando nos lavamos las manos o los dientes, pudiendo ahorrar de esta forma hasta ocho litros de agua por minuto, o poner el lavavajillas y la lavadora solo cuando estén llenos. «Usar el lavavajillas te permite ahorrar entre 20 y 40 litros de agua diarios», afirman en la web. Restricciones que cada uno tendrá que ir aplicando en su día a día para combatir los efectos de la sequía, pero que verdaderamente, nadie está todavía en obligación de hacer.

La zona de la Axarquía, mencionada en estas líneas, lleva meses con cortes de agua nocturnos que han ido oscilando desde las 22.30/23 horas hasta las 8.00/8.30 de la mañana, según explica 'Diario Sur'. El embalse de La Viñuela, que abastece a esta comarca malagueña, estaba a finales de octubre al 7,7% de su capacidad frente al 16,05% de los embalses del sistema del Ter-Llobregat actualmente. Los municipios de Vélez Málaga, Torre del Mar, Caleta de Vélez y la Costa Occidental son algunas de las zonas más afectadas por ello.

Y es que desde octubre de 2023 a enero de 2024, las lluvias en las cuencas mediterráneas andaluzas han vuelto a ser inferiores a los valores medios históricos, rondando el 30% del promedio en numerosos sistemas, según ha recogido la Junta haces unos días en un comunicado. Esto ha obligado a limitar el consumo de agua de uso urbano permitido y que no pueda superar los 160 litros por habitante y día.