La desaparición de los glaciares suizos merma la economía local: «Estamos perdiendo rutas de hielo enteras»

Las masas de hielo se han reducido en los últimos dos años más que en las tres décadas anteriores a 1990 juntas

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Glaciar del Ródano, en Obergoms, Suiza, Reuters

«¿Ve ese lecho de roca? Hace un año por estas fechas estaba cubierto por diez metros de hielo«, lamenta Walter Josi. El punto que señala está a una hora de ascenso desde el refugio Monte Rosa, cerca de Zermatt, por debajo del macizo ... suiza de Grenzgletscher, a unos 2.900 metros de altitud. Josi tiene 75 añoy transita la zona desde niño, pero ya no la reconoce. Lo que hasta hace poco era un desierto de hielo en el que se perdía la vista, hasta el horizonte, presenta hoy calvas rocosas e incluso zonas de vegetación. «Fue mi abuelo el que me enseñó estas rutas, enlazado a una cuerda junto a mis primos, y yo le enseñé a mi vez a mi hijo cómo cruzar los glaciares. Cada fin de semana que el tiempo lo permitía. Pero mi hijo ya no podrá enseñarlo a los suyos«, cierra el fin de una era en la región.

Los datos soportan su versión de punto de inflexión. En los dos últimos años ha desaparecido tanto hielo de los glaciares como en todo el período comprendido entre 1960 y 1990. Así lo demuestra el estudio realizado por investigadores de la Comisión Suiza para la Observación de la Criosfera (SKK), que han constatado una pérdida del 10% de su volumen desde la medición de 2021. Ya entonces resultó dramática la medición, realizada por expertos de la Universidad de Erlangen-Nuremberg: los glaciares de la región alpina han perdido una sexta parte de su volumen en los últimos 14 años. El nuevo dato, sumado a las observaciones anteriores, arroja un resultado todavía más impactante: los glaciares suizos se han reducido en los últimos dos años más que en las tres décadas anteriores a 1990 juntas. Los motivos son la muy poca nieve en el invierno de 2022/23 y las altas temperaturas en verano.

Este desarrollo supone un cambio significativo para el clima, para el paisaje, pero también para la economía de la región, especializada en los deportes de invierno y el turismo. Su efecto se deja sentir incluso a nivel anímico y afectivo, según confiesan los habitantes. «El ecosistema se ha desestabilizado, se pierden algunas especies y aparecen otras, pero sobre todo afecta al ciclo del agua, que funciona ha de forma diferente«, explica Daniel Farinotti, profesor de ETH Zúrich en la WSL de Birmensdorf, que añade que »para la gente de la zona los glaciares son algo bello y experimentan esa pérdida como una pérdida de patrimonio local«.

El año de mayor pérdida de volumen fue el año pasado, el 6% en sólo 12 meses. Este año ha disminuido otro 4%, lo que supone «el segundo retroceso más fuerte desde que comenzaron las mediciones». Como resultado, algunas lenguas de glaciares colapsaron y varios glaciares más pequeños han desaparecido por completo. El derretimiento se está produciendo «a un ritmo cada vez mayor», según el SKK, que forma parte de la Academia Suiza de Ciencias y que advierte que la reducción está afectando ya a las centrales hidroeléctricas de Suiza, de las que procede alrededor del 60 por ciento de la energía generada en el país. De cara al futuro, el informe predice que los glaciares habrán perdido el 80% de su volumen a finales de este siglo.

Los visitantes caminan en una cueva de hielo dentro del glaciar del Ródano Reuters

«En el sur del Valais y en la Engadina, donde los glaciares de más de 3.200 metros todavía permanecían intactos el año pasado, este año se puede ver a simple vista un deshielo de varios metros», describe Helga, guía turística en la región. En promedio, el espesor del hielo de todos los glaciares se ha reducido unos tres metros.

En el Oberland bernés y en algunas partes del Valais, como en el gran glaciar Aletsch, la pérdida ronda los dos metros, gracias a que el invierno pasado cayó algo más de nieve allí. Estos últimos datos proceden de la Red Suiza de Medición de Glaciares (Glamos), en la que participa, entre otros, el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich (ETH). Especialmente en la segunda quincena de febrero, hubo menos nieve que nunca en ese momento desde que comenzaron las mediciones.

En promedio, la profundidad de la nieve fue sólo el 30 por ciento del promedio a largo plazo durante ese período. También se registraron registros negativos por encima de los 2.000 metros en la segunda quincena de febrero en más de la mitad de las estaciones automáticas instaladas hace al menos 25 años. Debido a que junio fue muy seco y cálido, la nieve se derritió entre dos y cuatro semanas antes de lo habitual.

«Ahora son peligrosas las excursiones a la emblemática cresta de hielo del Piz Murtèl, por que el deshielo hace la superficie más inestable, de manera que estamos perdiendo rutas enteras«, se queja Helga. Los servicios meteorológicos también informaron a finales de agosto que el límite de cero grados era más alto que nunca, con casi 5.300 metros. Las nevadas aisladas de verano se derriten ahora rápidamente y apenas proporcionan a los glaciares el suministro de nieve que necesitan con urgencia, de manera que el problema se agrava y los registros del próximo año arrojarán de nuevo una pérdida de volumen considerable.

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