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Cardenal O'Malley solicita al Vaticano que no use obras de Rupnik ni en su web ni en sus documentos

Marko Rupnik fue expulsado de los jesuitas por haber abusado de al menos 25 mujeres adultas

El responsable de la comunicación vaticana había dicho que «nunca ha sido una buena decisión quitar, borrar, destruir obras de arte»

Dos exreligiosas acusan públicamente al sacerdote exjesuita Marko Rupnik: «Hay al menos veinte mujeres abusadas»

Benedicto XVI imponiendo el anillo cardenalicio al cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley EFE
Javier Martínez-Brocal

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

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El cardenal Sean Patrick O'Malley actúa de nuevo como cortafuegos de polémicas relacionadas con abusos por parte de sacerdotes. El purpurado, que preside la Pontificia Comisión para la Protección de menores, acaba de solicitar a los jefes de todos los departamentos de la Curia vaticana que eviten ilustrar sus publicaciones religiosas con mosaicos del sacerdote Marko Rupnik, actualmente investigado por denuncias de abusos a unas 25 mujeres adultas.

Contradice las declaraciones del prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, a quien el pasado 21 de junio durante una conferencia en Atlanta (EE.UU.) unos periodistas le interrogaron sobre por qué el portal de noticias del Vaticano sigue ilustrando sus contenidos con obras de arte de este sacerdote.

«Nunca ha sido una buena decisión quitar, borrar, destruir obras de arte» y además «no es una respuesta cristiana», respondió Ruffini, recordando la historia de Caravaggio, condenado por un asesinato. En su opinión, como Rupnik está siendo procesado por el Dicasterio de la Doctrina de la Fe y aún no hay una sentencia, «anticipar una decisión es algo que, en nuestra opinión, no es bueno». «Como cristianos, se nos pide que no juzguemos», habría dicho.

La respuesta de Ruffini no distinguía entre retirar los mosaicos de Rupnik de algunos santuarios, capillas e iglesias, como por ejemplo se están planteando hacer en el santuario de Lourdes los obispos franceses, y usar fotografías de obras de Rupnik para ilustrar noticias o documentos del Vaticano, la Iglesia o el Papa. En ese caso, aclaró que están reutilizando fotos que tienen ya disponibles, pero no usando fotos nuevas.

Con gran tempestividad, O'Malley escribió el martes a los jefes de dicasterios y solicitó a todos «la prudencia pastoral de no mostrar obras de arte en un modo que podría implicar ya sea la exoneración o una defensa sutil» hacia presuntos autores de abusos o «indicar indiferencia hacia el dolor y el sufrimiento de tantas víctimas de abuso».

«Hay que evitar enviar el mensaje de que la Santa Sede es inconsciente del malestar psicológico que tantas personas están sufriendo», dijo en su propio nombre y en el de la comisión que preside.

«El Papa Francisco nos ha urgido a ser sensibles y a caminar en solidaridad con quienes han sido heridos por cualquier forma de abuso. Le pido que tenga en mente esto cuando seleccione imágenes para acompañar la publicación de mensajes, artículos o reflexiones a través de los diversos medios de comunicación y canales que tenemos a disposición», escribió el cardenal.

Por si quedaban dudas de a qué se refería, la nota de la Pontificia Comisión para la Protección de menores con la que se anunciaba esta carta, informa de que «en los últimos meses, víctimas y supervivientes de abuso de poder, abuso espiritual, abuso sexual, nos han contactado para expresar su cada vez mayor frustración y preocupación por el continuo uso de obras de arte del padre Marko Rupnik por parte de numerosos departamentos del Vaticano, incluyendo el Dicasterio del de la comunicación».

O'Malley no se pronunció para retirar las obras

El debate de fondo es si las obras de un artista pueden separarse de su delito. El ejemplo de Caravaggio, que cometió un asesinato, es equívoco, pues este artista no era sacerdote. En el caso de Rupnik, algunas de sus víctimas, religiosas, narraron que fueron abusadas mientras posaban para estos mosaicos de arte sacra.

Marko Rupnik (Eslovenia, 1954) está acusado de haber cometido «abusos de conciencia, acoso espiritual, psicológico o sexual» a lo largo de 30 años y contra unas 25 mujeres. En junio de 2023 fue expulsado de los jesuitas. En septiembre, el vicariato de Roma arrojó algunas dudas sobre el proceso y denunció «procedimientos gravemente anómalos cuyo examen generó también dudas fundadas sobre la propia solicitud de excomunión».

Semanas después, en octubre de 2023 el Papa ordenó reabrir la investigación contra Rupnik, levantó la prescripción y autorizó a que, si es necesario, sea procesado. En ese caso, la sentencia podría incluir la expulsión del sacerdocio.

También hay obras de Rupnik en España. Por ejemplo, en la catedral de la Almudena en Madrid, en el hospital de la Beata María Ana de Jesús, la capilla del CEU, y la de la Conferencia Episcopal Española. También tiene obras en ciudades como Gijón, Tenerife, Valladolid, Zaragoza, Guadalajara o Manresa.

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