«El registro de la eutanasia como muerte natural es absurdo»

Además de este conflicto con la deontología médica, la ley tiene lagunas destacables. La objeción de conciencia es una de las que más preocupa al facultativo. Según la norma, «las administraciones sanitarias crearán un registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia a realizar la ayuda para morir ». A pesar de que será confidencial, Rodríguez sostiene que esta será una cuestión problemática y destaca que «no deben ser obligatorios porque significaría contravenir el principio de libertad individual».

Otra cuestión inexacta del la ley que señala el doctor es que «la muerte como consecuencia de la prestación de ayuda para morir tendrá la consideración legal de muerte natural ». Rodríguez califica esta medida como algo «absurdo» y vaticina que «lo van a tener que resolver los tribunales . No se puede llamar a las cosas por un nombre que no tienen».

Además de estas tres lagunas, la ley no especifica qué hacer en casos concretos. «Cada uno de los casos requerirá una respuesta, como todo en Medicina» , justifica el responsable de la OMC. Pero, ¿qué ocurre si un paciente explicita en su testamento que pide la eutanasia si tiene demencia y cuando llega el momento expresa verbalmente que no la desea en un periodo de lucidez? «Una voluntad anticipada el paciente la puede levantar en cualquier momento. Yo en este caso lo suspendería. Si en esa demencia tiene un periodo de claridad para poder decir que no quiere, hay que acatar la última decisión», responde. Sin embargo, es una posibilidad que no está recogida en la ley.

Por último, cabe destacar que la norma establece que los pacientes deben poder acceder a cuidados paliativos, cuando la realidad es otra. «Hay entre 60.000 y 65.000 personas que probablemente no mueran en las mejores condiciones, pero tampoco desearían que se les aplicara la eutanasia y no les están llegando los cuidados paliativos. Son herramientas fundamentales, pero nos acordamos ahora de ellos», lamenta.