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España se sube al «carro» de la conciliación familiar y laboral

Se arrastra una cultura presencialista heredada de la posguerra que, lejos de ser productiva, somete al empleado

El reto de la conciliación, por J. M. Nieto J. M. NIETO
Érika Montañés

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Un gran pacto nacional por la conciliación y la racionalización de los horarios. Este es el anuncio con el que comenzó la semana el Gobierno, que, a través de su ministra de Empleo , Fátima Báñez, reveló su intención de que ese acuerdo ... se traduzca en un plan que supondría, entre otras medidas, que la jornada laboral acabase a las 18.00 horas. Algunos sectores se han mostrado escépticos o ven poco factible que España pueda llegar en un futuro no muy lejano a poner en orden su reloj. Los argumentos más escuchados estos días son que «España no puede conciliar porque la costumbre de emplear dos horas para comer y ser los últimos de los europeos en ir a la cama forma parte del ADN de nuestra cultura ».

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