Emilio Bouza dimitió porque no quería ser «el representante oficial de la discordia política»

Desde la una hasta las casi cinco de la tarde, la comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad mostraron sus diferencias irreconciliables. El Gobierno regional anunció ampliar las restricciones a ocho zonas de la Comunidad, pero se negó a extender el confinamiento a toda la capital y a los municipios con una incidencia acumulada de 500 casos por 100.000 habitantes, como proponía el Gobierno. En esa reunión se encontraban, entre otros, el vicepresidente de Madrid, Ignacio Aguado, el consejero de la sanidad madrileña, Enrique Ruiz Escudero; su viceconsejero, Antonio Zapatero; Fernando Simón; el ministro de Sanidad, Salvador Illa y el recién nombrado portavoz del grupo, el catedrático de Microbiología, Emilio Bouza. Era la primera reunión de Bouza y, según ha podido saber este periódico, no se manifestó a favor ni en contra del cierre de la ciudad.

El Gobierno de Díaz Ayuso dejó patente en la reunión que no era partidario del cierre expeditivo e intentaría mantener la restauración y los locales comerciales abiertos. En cambio, Moncloa ya presionaba para que, en caso de que en Madrid se descontrolase la situación, se responsabilizase a Ayuso de ser incapaz de frenar la escalada de contagios. «Estoy muy preocupado por la situación de Madrid», le espetó el ministro de Sanidad al consejero. «¿Cree que la Comunidad no lo está?», le contestó Ruiz Escudero, quien pidió tiempo para valorar el resultado de las medidas puestas en marcha y actuaciones que conjugaran la salud y el menor daño a la economía. Illa, incluso utilizó a su favor unas declaraciones del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sobre que sería más fácil controlar policialmente una ciudad con las mismas condiciones de movimiento, que por zonas.

Al día siguiente, minutos antes Madrid anunciara nuevas restricciones en ocho áreas sanitarias más, Illa «fue empujado» desde el gabinete de Pedro Sánchez para presionar públicamente al Gobierno regional. Convocó una rueda de prensa apresurada donde pidió públicamente el cierre de Madrid. Lo hizo, dijo, por su preocupación por los madrileños y su deber como ministro de Sanidad. Esa rueda de prensa fue el detonante de la dimisión del portavoz del Grupo Covid, Emilio Bouza. Dimitió solo 48 horas después de su nombramiento porque no quería ser «el representante oficial de una discordia», según ha transmitido a su entorno.

Quienes le conocen bien, entienden que aceptara el puesto «por su alto sentido del deber» , aunque era consciente de las dificultades y escéptico con las posibilidades. Aunque tampoco les extrañó que dimitiera «tras el numerito de las dos ruedas de prensa simultáneas. Aceptó porque no había más remedio y se fue porque ha visto que no había nada que hacer», explican a ABC.

Tras su retirada, el catedrático de Microbiología no ha dejado de recibir muestras de apoyo por su decisión. Emilio Bouza es uno de los especialistas en Microbiología y Enfermedades Infecciosas más respetado. De perfil apolítico, fue responsable de este departamento en el Hospital Gregorio Marañón y desde el inicio de la pandemia ha asesorado a la Comunidad de Madrid. No puso ninguna condición para ser portavoz del comité. Se buscó su nombre para contar con una figura fiable, capaz de transmitir seguridad y tranquilidad a la población.