El exceso de mortalidad en la segunda ola se sitúa por encima de los 8.600

El Gobierno solo da por buenos los datos aportados por las comunidades autónomas sobre los fallecidos «con Covid», es decir, personas que se hicieron una prueba antes de morir y dieron positivo. Los demás no entran en su estadística ni en su discurso. De hecho, ni el presidente del Gobierno ni el ministro han tenido un reconocimiento público del resto de fallecidos, a pesar de la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó al comienzo del verano considerar muertos por Covid a las víctimas que fueran «sospechosas».

En el caso del INE, el exceso de mortalidad se considera un dato válido para calcular las víctimas en una pandemia, ya que mide los fallecimientos que se producen por encima de lo estimado cada año.

Según los datos de ese organismo, procedentes de los registros civiles de toda España, en la primera ola de la pandemia , desde la semana 11 (en marzo) hasta la 21 (finales de mayo), hubo un exceso de mortalidad de 48.460 personas. La semana más negra fue la primera de abril, con más de 12.500 muertes. Entre la semana 22 y la 27 hubo un periodo «valle» en el que no hubo exceso de mortalidad, pero a partir de la 28, ya entrado el mes julio, la curva cambió de tendencia y empezó a subir de nuevo. Acababa de empezar la segunda ola , que aún no ha terminado. Desde esa semana 28 hasta la 37 (la segunda de septiembre), el exceso de mortalidad ha sido de 8.666 personas fallecidas, aunque los últimos datos están sin actualizar, a la espera de que el INE reciba la información completa de los registros civiles.

De momento, el pico más alto de esta segunda ola se produjo en la última semana de julio , cuando hubo un exceso de mortalidad de 1.481 fallecidos. Desde entonces, la curva se ha mantenido por encima de las mil muertes a la semana, con la excepción de septiembre, aún sin actualizar.

Frente a los 8.666 fallecidos «reales» en esta segunda ola de la pandemia, el Ministerio de Sanidad solo ha reconocido de forma oficial 2.844, desde el 6 de julio hasta ayer mismo. Son un total de 5.822 muertes que no están incluidas en las estadísticas oficiales del Gobierno.

El exceso de mortalidad desde el inicio de la pandemia llega así a las 56.110 personas , incluidas las semanas «valle» de junio, entre las dos olas, en las que se registraron resultados en negativo.

Con los datos del INE sobre exceso de mortalidad en la mano, se comprueba cómo Madrid no es la región con más fallecidos en esta segunda ola, por mucho que se haya puesto el foco en ella. En esta Comunidad han fallecido 441 personas por encima de lo estimado en un año «normal», bastante por debajo de los 1.817 casos de Andalucía, los 1.140 de la Comunidad Valenciana o los 1.073 de Cataluña.

Si se observa la tasa de fallecimientos por 100.000 habitantes , la media nacional se sitúa en 18 en esta segunda ola, frente a los 102 de la primera. La Comunidad de Madrid se sitúa en los últimos lugares con una tasa de siete fallecimientos desde julio, frente a los 45 de Aragón o los 40 de Castilla y León y los 36 de Extremadura. Cataluña dobla a Madrid con una tasa de 14.