Una bomba de ETA destruyó en 1975 datos de bebés robados en el País Vasco

Según ha recordado, antes había la obligación de custodiar la información pero «en muchos casos se ha perdido porque se ha cerrado esa clínica o no se ha custodiado » o «se podría haber destruido».

En este sentido, ha recordado que mucha de la información que debería estar en manos del sector judicial desapareció con una bomba que puso ETA en las instalaciones de los registros en 1975. «Ahí voló ETA bastantes más cosas de las que quería hacer desaparecer», ha señalado.

Bengoa ha explicado además que las clínicas privadas han empezado a participar de forma activa buscando la información requerida pero ha advertido de que es una información «tremendamente sensible» que está sujeta a la Ley de Protección de Datos, de ahí que haya que confirmar las identidades.

«Hay personas que interpretan eso como reservas o que estamos poniendo barreras pero estamos asegurándonos de que la persona que recibe la información es la que debe recibir la información», ha concluido.