Suscribete a
ABC Premium

educación

Jóvenes que abandonaron el instituto, cuentan cómo consiguieron darle la vuelta a un complicado futuro sin formación

e. armora/m. castro

L. E. O. estaba predestinada a vivir una vida que no había elegido. Procedente de una familia con serias dificultades económicas, su rendimiento académico cayó en picado cuando empezó la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

«En Primaria aprobaba pero cuando llegué a Secundaria empecé a ... suspenderlo todo, tenía malas compañías y estaba todo el día en la calle», reconoce la adolescente. No tiene reparos en admitir que si la Fundación Germina, con el apoyo de la Obra Social de La Caixa , no la hubiera rescatado «aún estaría haciendo el tonto en una plaza».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia