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xxvi PROMOCIÓN DEL máster ABC-UCM

Andrés Ibáñez, a los alumnos: «Despertad, vivid y salid de la costumbre para no caer en la repetición»

«Estudiad Historia para que no falsifiquen el presente a base de falsificar el pasado», azuza Bieito Rubido, director de este periódico a los quince alumnos del postgrado, unos minutos después de que Artur Mas confirmase su deriva histórica

Andrés Ibáñez, a los alumnos: «Despertad, vivid y salid de la costumbre para no caer en la repetición» fotos: ernesto agudo / vídeo: víctor ruiz de almirón

E. MONTAÑÉS

«Estudiad Historia, profundizad en ella, para que no falsifiquen el presente a base de falsificar el pasado». El consejo, dirigido por el director de ABC , Bieito Rubido, a los quince nuevos alumnos del Máster que este periódico comparte con la Universidad Complutense de Madrid (UCM) desde hace 26 años, resuena en la biblioteca de este centenario rotativo apenas unos minutos después de que el presidente de la Generalitat dé cerrojazo al diálogo histórico , interprete la historia a su manera y convoque una consulta de chiste que figurará en los libros de Historia para los futuros estudiantes de Periodismo. Del arte de escribir ante los nuevos profesionales de la comunicación ha hablado en una lección magistral el novelista Andrés Ibáñez (Madrid, 1961). El novelista ha esbozado unos fragmentos de «El cazador Graco», de Franz Kafka, para extraer diez conclusiones sobre cómo plasmar por escrito lo que uno quiere transmitirle al que está al otro lado. Y que se sintetizan en «despertad, vivid y salid de la costumbre para evitar caer en la impostura y la repetición». Ese decálogo de Ibáñez, autor de la descomunal novela «Brilla, mar del Edén» (Galaxia Gutenberg), parte de las ganas de viajar y aprender para tener algo que contar. «El escritor sabe que escribir es una forma de vivir y no una profesión -ha compartido con los asistentes a este acto de inauguración del curso 2014-2015 del postgrado-. Y vivir de una determinada manera. Cuando uno quiere escribir, absolutamente todo lo vive para escribir. Incluso ante las cosas espantosas que a uno le suceden, el escritor piensa: "Genial, esto es material". Las heridas, las experiencias, los viajes... todo es material para vivir y escribir».

Con esas alforjas repletas, Ibáñez ha invitado a no caer en la repetición, hay que estar vivos y hacer esos pequeños ejercicios de «desacostumbrarse» que proponía Julio Cortázar y que no consistían en otra cosa que ver la vida a través de los ojos del que come con la otra mano o camina por la acera de enfrente. Los quince licenciados que se adentran un paso más desde hoy en el «divertido ejercicio de ser periodistas», según la definición de Rubido, han procesado las lecciones de Ibáñez, que parten de que hay que escribir con la imaginación (que es aquello que apetece, de lo que se tiene ganas, con impacto sensorial) y no con la mente (que son ideas que se conciben como un esfuerzo y no es nada emocional); con palabras e imágenes reales, que existan desde siempre, no rebuscadas ni metáforas que no conduzcan a nada; que aquello de lo que se escribe hay que verlo en la imaginación porque si no es muy difícil comunicárselo con éxito al lector; considerar que todo es interesante si te paras a mirarlo; que hay que leer; y también hay que escribir porque ello nos ayuda a ver lo que no vemos en un principio; que hay que hacer un ejercicio de imaginación; saber que todo significa algo; que es más importante mostrar que decir y que el arte de escribir es también el arte de relacionar (conseguir que las palabras y sus espíritus se comuniquen entre sí para formar esas descripciones idóneas de lo que nos rodea).

«El español es una lengua agrícola»

En un sano ejercicio ante los estudiantes, Ibáñez ha abierto el diccionario español por varias partes y ha comenzado a recitar palabras para alegar que «el español es una lengua agrícola», lo que denota que bebe del campo en muchos términos, además de los que incorpora de Iberoamérica, el mundo sajón y los que persisten de los modos castizos. El polifacético novelista y pianista de jazz, además de durante mucho tiempo crítico en las páginas del suplemento ABC Cultural, ha denostado aquellos usos relamidos que gustan de escribir para no decir nada, a diferencia del citado Kafka y Borges, quienes optan por un lenguaje mal llamado «plano», «sin estilo» o más sencillo, pero que encierra en sí mismo todas la magia de la literatura. «Este vicio reaparece en las personas sin que importe la edad y las generaciones», ha advertido Ibáñez a la parroquia de oyentes. Y ha contrapuesto las «asombrosas y sencillas frases de Kafka», en que cada palabra describe una imagen. «Todos tenemos la experiencia de leer párrafos enteros sin saber dónde vamos; leer en las tinieblas porque el autor ha escrito con la mente y no con la imaginación». Parafraseando a Joseph Conrad, Ibáñez ha considerado que el artista -frente al científico- «hace oír, sentir y ver mediante el poder de la palabra».

Con los ojos abiertos

Parece una tarea asequible en boca de este «mago» de la palabra a quien ha introducido Alfonso Armada, director técnico del Máster, y que ha precedido a María Jesús Casals, directora académica. Ambos han mostrado su satisfacción ante los nuevos alumnos por el hecho de contar con un plantel de profesores que dobla al de estudiantes para instigar su mejor formación. Los dos responsables de este Máster han recogido el mantra espoleado por Ibáñez al recomendar «aprender y vivir», y en la pluma de Orwell trasladada por Armada, emplear la buena prosa, que es «como el cristal de la ventana» y deja ver lo que hay fuera. Armada ha demandado a los alumnos, a través de la lectura de un poema de la polaca Wislawa Szymborska, que nunca pequen de «Falta de atención», pues la actitud viceversa a la esencia del periodista. Despiertos y con los ojos abiertos atendía un graderío de nuevos e ilusionados periodistas, que serán profesionales formados en un futuro muy próximo: la finalización de esta aventura que hoy comienzan.

A este acto han asistido las autoridades de ABC, con la presidenta editora Catalina Luca de Tena y el director Rubido en cabeza, y las de la UCM, con la presencia de la decana de la Facultad de Ciencias de la Información, Carmen Pérez de Armiñán, que ha saludado la trayectoria ininterrumpida de 26 años de uno de los postgrados de mayor calidad y exigente del cuadro impartido por la Universidad.

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